FABIAN. Erich Kästner

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Erich Kästner
Traducción de Miguel Ángel Vega Cernuda
Editorial Minúscula
Las editoriales que llaman pequeñas, están sacando muchos títulos de la época de entreguerras. Como en muchas épocas de la historia, creo que ha habido una desinformación social sobre ese momento. Aquí, ya hemos reseñado el libro de Reck, Diario de un desesperado y ahora, también de Minúscula, tengo que recomendar Fabian como una lectura que complementa la visión de esa época. Si el doctor Reck era un hombre claramente a favor del antiguo régimen, o de los valores tradicionales de Alemania frente al poder de la masa, Fabian es un personaje opuesto, un joven de ideas de izquierda, pero no adscrito a ningún partido.

Los dos viven el tremendo momento traumático de una postguerra y la angustia paralizante ante una nueva guerra inminente. Los dos viven la decadencia social en la que resulta imposible construir nada. Los dos se encuentran solos, incapaces de pertenecer a ningún grupo por mantener todavía una independencia intelectual.

Fabian se ve a sí mismo como un observador, yo me limito a mirar. ¿es que eso no es nada?… Quisiera contribuir a hacer a los hombres más decentes y más razonables. De momento me entretengo observándolos y midiendo su capacidad al respecto. El observador no es entendido por el resto, crees que el mundo es un escaparate. Sin embargo, el lector ve la imposibilidad de establecer ningún vínculo con un mundo desnortado. Nada tiene valor, esta crisis de los valores de la que tanto se ha hablado, no es una postura abstracta, es una forma de vida donde todo vale para vivir lo mejor posible de manera inmediata. La inestabilidad política, la vivencia de una guerra, deja al pueblo pendiente de aprovechar el momento, conseguir comida para ahora, sexo para ahora. Sólo son atendidas las necesidades físicas, las otras, espirituales, morales, ya no existen. Para esas hace falta tiempo y el tiempo se consume como si fuera a terminarse en un par de horas.

Fabian es un observador que fornica. Observa a las absurdas amantes que han abandonado de manera definitiva una vida razonable. Las observa, pero participa dejándose llevar, en ningún momento es activo hasta que se encuentra con la posibilidad de un amor y piensa en la construcción como esperanza. Sale a buscar pero se encuentra solo, es imposible que alguien no sucumba ante los valores de la inmediatez, fama, poder, dinero. Fabian se pasó la mano por la boca y sintió asco. ¿Qué habrían tocado los labios de Cornelia mientras tanto? …El mejor aseo personal era la moral.

Fabian es un joven capaz de ver la necesidad de moral y sin fuerzas para luchar por ella en medio de esa inmediatez. Si hubiéramos tenido estos dos mil marcos hace tres días, le dice la mujer que había levantado su posibilidad de construcción.

La novela cuenta ese periodo, cuenta la falta de meta, la imposibilidad de crecer, quiero trabajar. Quiero hacer algo. Por una vez quiero tener una meta. Y si no encuentro ninguna, me la inventaré. Así no puedo seguir. De alguna manera el hombre no puede sobrevivir a la inmediatez. Y es este el tema que resulta tan actual, también vivimos una crisis, también vivimos el tiempo de forma angustiante y sobre todo, vivimos la imposibilidad para muchos de tener un lugar en el mundo. Dice la madre de Fabian, en mis tiempos eso no era así, entonces ganar dinero era una meta y también lo eran casarse y tener hijos.Kästner no da recetas, pero en 1936 era capaz de intuir el fin de Europa, la llegada de otra guerra habiendo vivido una, la falta de preparación del pueblo para guiar su propia vida, el desinterés político, el sentirse o saberse sólo cuerpo para no tener que inventar algo siendo tan incapaces.

Biografía de Erich Kästner

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9 responses to “FABIAN. Erich Kästner

  1. Los humanos desarrollamos mecanismos de autodefensa colectiva y, por eso mismo, hay desinformación social de algunas épocas, muy concretamente en este periodo del que nos hablas entre las dos grandes guerras.

    Llevar a una novela a un personaje joven que no sólo tiene capacidad de observación, sino que además quiere cambiar a la gente para hacerla mejor, tiene muchas dificultades, incluso para el propio protagonista cuando la gente le critica que «considera la vida como un escaparate», lo que está alejado de la realidad porque el escaparate es inerte, frente a la actividad que hay fuera de él.

    Ya leí el diario de F. Reck, y es muy interesante toda la colección Alexanderplatz,13 de Minúscula, ahora tengo entre las manos «La Casa de la Infancia» de Marie Luis Kaschnitz, una autora que pasa su infancia precisamente en esa época y la revive con inquietud cuando ya es adulta.

    Pero no puedo estar de acuerdo en que hay épocas que la angustia de la situación social nos hacen clientes del cortoplacismo, sin valores espirituales; al contrario, creo que todos en todas las épocas estamos ávidos de encontrar la infinitud, otra cosa es que la busquemos en el camino correcto.

  2. Bueno NOZ, eso es lo que cuenta la novela, la inmediatez y creo que lo hace muy bien. Si la lees, lo verás. Lo más interesante me parece que es cómo cuenta la vivencia del tiempo en esa época.

  3. Cada día estoy más convencido que todos las épocas son muy parecidas en sus tiempos, gracias a estas páginas he descubierto como identifico el tiempo actual con Goethe y han pasado ¡doscientos años!. Doscientos años nos puede parecer mucho tiempo, casi una eternidad, pero es una cosa minúscula en esta minúscula partícula del universo que llamamos Tierra.

    Tierra en la cual podemos confluir unos locos por la literatura para cambiar opiniones y comentarios que nos hace, por así decirlo, imbuirnos de una especie de traje de importancia; así, lo que decimos puede tener una dimensión eterna.

  4. Señora NOZ
    «imbuirnos de una especie de traje de importancia; así, lo que decimos puede tener una dimensión eterna.»
    por mucho traje de importancia que te pongas, ni trasciende, ni dimensiona…. mucho menos eternamente.
    AMOS NO ME J….

  5. Estimado señor Gin Tonic,

    estoy conmovid@ por su comentario, como siempre tan acertado, como siempre tan directo al corazón y como siempre, por decirlo todo, tan impregnado de alcohol.

    Ya me doy cuenta que no elegí bien la frase del traje de importancia, pero aún así, todo lo que dicen o escriben las personas tiene la misma dimensión eterna que ellas mismas; así nos dicen que estamos hechos a imagen y semejanza del Infinito, aunque ya hace algún tiempo que como el cantautor cubano digo:

    …creo en ti,
    porque creo en dios,
    que eres tú,
    que soy yo.

    Un abrazo.

  6. Encuentro esta época bastante parecida a lo que estamos viviendo. ¿Y si aparece un iluminado que atraiga a la masa prometiendo una vida mejor?

  7. Alguien escribía más arriba que todas las épocas son muy parecidas y ahora lo repite Claudia y creo que tiene razón. El iluminado también existe (su nombre es legión porque son ya una gran multitud) y se harta de dar las recetas en tertulias y programas. El resto no estamos curados de totalitarismos pero ahora la «vida mejor» la tenemos no en las ilusiones de un mundo nuevo, sino en la acumulación de bienes y riquezas; cuando la vida mejor sólo puede ser un camino que se inicia en nuestro interior. Así participamos de este inmenso fracaso, porque todos sabemos que nuestro destino es pasar a «mejor vida».

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