BILDUNGSROMAN. NOVELA DE FORMACIÓN
La crítica alemana fue la inventora del término Bildungsroman. Son novelas de construcción, esa sería la traducción literal y además real, porque la personalidad se construye y la personalidad es una forma de estar en el mundo que adoptamos para movernos en él. La adolescencia es un proceso de maduración duro, largo, lleno de choques entre los deseos del protagonista y los juicios de valor del orden social que lo envuelve. Los adolescentes emprenden un viaje de distanciamiento con respecto a su familia y a su contexto social y el fin de este tipo de novela es mostrar cómo el protagonista es capaz de entrar en ese orden, hacerse un sitio.
Vamos a recomendar aquí una serie de novelas de formación porque al lector le gusta leer qué le pasa a otro, pero especialmente a otro que tiene que ver con él. Hay novelas de formación en todas las culturas, de manera que se puede ver cuáles son los retos en cada una de ellas, de qué forma ayudan y desayudan al desarrollo de los individuos.
Se considera que el género se inicia con El Aprendizaje de Wilhelm Meister de Goethe, aunque El lazarillo de Tormes también podría considerarse una novela de aprendizaje. A lo largo del siglo XIX y XX hay muchas novelas que sin serlo estrictamente, sí tratan de estos personajes en construcción: El retrato del artista adolescente de Joyce, incluso En busca del tiempo perdido, donde el niño, Marcel, empieza a necesitar entender la realidad, La Montaña mágica de Thomas Mann, aunque es un adolescente en una segunda etapa, y desde luego El guardián entre el centeno de Salinger. Hay lecturas más fáciles como Un saco de canicas, o Encuentro, que leeremos de manera creativa.