Ciencias y letras y no Ciencias o letras.

Big bang
Big bang
Mi sensación última de que la libertad es la característica fundamental del ser humano y por lo tanto que el mundo que creamos está basado en decisiones libres que encauzan nuestras vidas hacia un lugar u otro de manera bastante aleatoria, es decir, no necesariamente siguiendo la idea del mejor de los mundos, aumenta con ese comentario de Fernandez Mallo que adjetiva la Física como una ciencia poética.

Los cambios de rumbo de los descubrimientos en Física, o mejor aún, las investigaciones físicas se basan en la imaginación. Se imaginan posibilidades sobre las que la ciencia se pone a trabajar. Y lo cierto es que se podían imaginar otras diferentes que nunca llegarán a ser vías de investigación.

En general, la gente califica a la ciencia de infalible frente a la fragilidad del pensamiento filosófico, por ejemplo, en donde la imaginación no participa prácticamente porque cualquier idea tiene que pasar por la lógica y no fallar ni siquiera mínimamente, ése es su acercamiento a la verdad, de manera que partiendo de lo pequeño, conciso y demostrable, se abre a temas mucho más amplios tendiendo a llegar a una teoría final sobre el universo. La ciencia funciona al revés, partiendo de la imaginación de una teoría, se aplica en demostrarla, de manera que siempre acaba topando con algún problema irresoluble que le hace replantearse esa primera idea imaginativa.

Ciencias contra letras, estamos acostumbrados a vivir en esa falacia absurda por no haber leído jamás nada sobre Teoría del Conocimiento, un área del pensamiento filosófico que pretende profundizar sobre cómo conocemos. Me encantarían estos vídeos llenos de color, imágenes, científicos sonrientes explicando algunas teorías filosóficas, ayudarían mucho a tener una visión general de todo el conocimiento humano sin que la ciencia, de manera arbitraria, actúe como único medio de conocimiento válido.

Por si hay alguna duda, me encantan las Ciencias, me encanta que la imaginación funcione activamente en ellas, pero al mismo tiempo, me coloca en situación de pensar, ¿cuántas vías quedan sin investigar?, ¿esta puede ser la que lleva al peor camino? Porque no nos engañemos, la investigación científica modifica todos los demás caminos, ese es su estatus.

¿Cómo no darnos cuenta de que el hombre vive modificándose constantemente, diríamos manipulado constantemente porque no tiene instrumentos necesarios, vienen de las letras, para poder enfrentarse a la información y para hacerse consciente de sí mismo como hombre que decide y por lo tanto mueve el universo? ¿Cómo dirigir algo que se desconoce tanto?

Está muy bien el estudio de nosotros mismos como moléculas, pero eso no llena el vacío del estudio de nosotros mismos como seres libres.

Así que, creo que entrar en el método científico ayuda a valorar más el método filosófico y lo mismo si hubiera nuevas formas de acercarse a la realidad, como irán apareciendo, supongo.

Teniendo en cuenta que el mundo es así, pero podría ser de otra forma si se hubieran tomado decisiones diferentes, tomemos en serio al ser humano en cuanto ser que actúa.

Documental de la BBC sobre Universos paralelos

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13 responses to “Ciencias y letras y no Ciencias o letras.

  1. ¿Y yo que creo que todo es más sencillo? Está bien lo que me hace sentirme bien y no atropella a los demás y está mal lo que a mí (con conciencia de mi yo) me hace sentirme mal. Igual ése sería un buen punto de partida. Nos hemos sofisticado demasiado_pienso. Sigue pareciéndome hermosa la naturalidad y lo natural y, como en el Oeste americano, la ley no puede ir contra natura.

  2. Las valoraciones son bastante subjetivas, no podemos evitarlo. En cualquier caso si nos sirven ¿…? Dale la vuelta: bien de mí, bien de ti, bien de todos… así ganan los buenos, no???

  3. Pues mira, me has dado una idea: participar en carreras de buenos. Total para cuatro días que vivimos, buena gana de hacerlo mal (!). Incluso por egoísmo, la mente se siente más despejada, más calidad de vida, como comer una buena comida o beber un buen vino. Todo más exquisito ¿no crees?

  4. Si esas cuerdas de las que parece que estamos compuestos, y nuestra forma de tocarlas modificaría la caja de resonancia ¡Dios! ¡La bomba! qué interesante. Qué sensación de pertenecer (!)
    Lo de los tiempos superpuestos ¡quién pudiera verlo claro! Buenas noticias!!!

  5. La compititividad es una «virtud» exclusiva de los que han hecho de su paso por esta vida una lucha por la victoria; para los que pensamos que la felicidad solo puede estar en la entrega, para los que de antemano nos abrazamos felizmente a la derrota, pero los que no solo somos del Atleti, sino que lo hacemos un estilo de pasear por este mundo, no existen carreras, y si existen son solo por llegar los primeros por dar lo que tenemos a los que lo necesitan mas que nosotros: una sonrisa, un beso, un abrazo, el calor de un compañero,…
    Así lo explica con claridad absoluta Mercé Riera: «Si no dejas la puerta de tu casa abierta, nadie puede venir a dejarte nada».

  6. En cuanto oigo algo sobre «los que somos del atleti» me despierto. Sobre todo si se afirma que ello es un estilo de pasear por el mundo, como así es. Una forma de vida. Uno de mis muchos hijos afirma que la mayor información sobre una persona, sobre cómo es, cuál su actitud ante la vida, es que sea del Madrid (Aznar, Javier Marías, Florentino Pérez, Esperanza Aguirre, sin duda Ratzinger…), y por supuesto también la más precisa información es que sea del Atleti (Almudena Grandes, José Tomás, Luis Aragonés, Fabián M. …) Pero cuidado, no confundamos el hecho recurrente del sufrimiento con que nos guste ese sufrimiento, o la derrota. Odiamos perder y más aun sufrir, pero ello, el hecho del camino arduo, dificil, de llanto frecuente, unido a algo más profundo, no elegido, atávico, nos hace valorar el esfuerzo, despreciar la rendición, saborear el instante -eterno- del placer.
    ¿El bien, el mal…?

  7. Aunque hoy disfruto de la literatura, hace unos años trabajaba en el mundo editorial, y un día nos hizo una visita «un señor de Barcelona», que se había incorporado con un cargo institucional en nuestro grupo y quería saber de nosotros.

    Yo inicié las presentaciones por sugerencia del consejero delegado, esas cosas que se dicen del nombre y los trabajos que descansan bajo tu responsabilidad y dije así: «Mi nombre es Fabián y llevo tres días sin beber»; eso provocó la sonrisa de los más, la risa pocos, la carcajada de uno sólo y la cara de estupefacto, como de pasmado del «señor de Barcelona». El no me entendió.

    Con el texto anterior de José Eulogio, que estaba presente en la anecdota que he referido mas arriba, me he dado cuenta que la mejor tarjeta de presentación es la de » soy del Atleti», el lo llama un estilo de vida, y es verdad. Soy de los sufridores, porque hay que sufrir para conocer el placer de volar, el otro día nos traían a estas páginas estas palabras de Alex Rovira: «…cuando se toma una crisálida y antes de que la mariposa pueda emerger en su transformación, desde el gusano a la mariposa; si vamos desde fuera y le hacemos un corte para facilitar su salida ¿sabes lo que ocurre? que cuando sale, la mariposa no puede volar, se sigue arrastrando, a pesar de tener alas, como un gusano; porque la hemos librado del esfuerzo que lleva la transformación ¿quién ha dicho que el sufrimiento es algo negativo?: es la puerta a la consciencia, todos moriremos y todos sufriremos, asumámoslo todos y a vivir y a hacer de este mundo un lugar más habitable”.

    Ese es el sufrimiento al que como atlético me abrazo; es esa lucha lo que hace poderoso nuestro transitar, independientemente del resultado. La lucha «para hacer de este mundo un lugar más habitable» siempre, la rendición es una palabra que no forma parte de nuestro vocabulario.

  8. Maravilloso relato sobre la crisálida que será mariposa. El esfuerzo que lleva a la transformación, que siempre debe hacer uno en soledad. podríamos llamarlo también «entrenamiento». Implica todas las facetas y la vida entera, y un anhelo previo, indispensable, que aunque enterrado en todos y cada uno de los seres humanos, no suele aflorar en practicamente ninguno, aplastado por -paradojas- el yo, esencia también humana. Efectivamente, todos moriremos, y tener a la muerte al lado como consejera ineludible, ayuda en el entrenamiento, para, en vida, llegar a «ver», y ser mariposa y volar.

  9. Creo que nadie ha leído el post porque los comentarios no tienen nada que ver, seguramente no hayáis visto el vídeo. Esto lo pongo porque veo que cada uno está con su tema y todo lo ve desde ahí. Para que la mariposa esa de la que habláis pueda volar, tendrá que interesarse por cosas que estén por lo menos a cien metros de sí misma. En caso contrario, para qué moverse.

  10. La inmensa mayoría de los descubrimientos de la ciencia están generados por la casualidad, o por mejor decir, por la «causalidad», también por casualidad descubrimos la patata, cuando un grupo de aventureros camino de las Indias se encontraron con lo que hoy llamamos América; por el contrario, los descubrimientos sobre nosotros mismos o sobre lo que hacemos tiene un carácter introspectivo, sólo examinando y examinándonos podemos entenderlo lo que hacemos, el por qué y las consecuencias.

    Hay veces en la vida, en la que en nuestra pequeñez, valoramos más un comentario que la obra misma, más el grifo que el manantial, algo así como si fuésemos unos tontos que al enseñarnos la luna nos quedásemos mirando tu dedo, querida Silvia.

    Pero esto no debe sino hacernos reflexionar, si hay veces que venimos a estas páginas, en las que el día 2 de octubre hubo veinte veces más visitas en la de oficial de la Real Academia Española, puede ser que lo hagamos por encontrarnos con los comentarios, que no están muy alejados de nosotros, que son como nosotros mismos, que los entendemos, y los compartimos, que nos hacen volar unas veces y otras esperar con la mano abierta, para que ese insecto lepidóptero al que llamamos mariposa, pueda posarse en ella.

  11. Silvia, no te conozco.
    Me muevo para donde quiero.
    Y me intereso por lo que capta mi atención, a cien metros de mí o, cada vez más, en el interior de mí mismo.
    La mariposa de la que hablamos, que ya lo es, vuela siempre.

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