Conferencia de Borges sobre James Joyce
El club de lectura solo existe si se ha leído el libro. En este caso, creo que hay dos temas importantes a debatir y podemos empezar por uno de ellos muy actual: la cultura de un pueblo.
En Los muertos hay un contraste entre personajes que quieren siempre quedar bien, que dependen psicológicamente de la valoración que la sociedad hace de ellos y personajes más naturales, capaces de emociones, que se buscan a sí mismos.
Por supuesto no son personajes planos, todos viven con dudas y entran y salen de su estado social y su estado natural, pero unos tienen una tendencia y otros otra.
James Joyce no era nacionalista irlandés, de hecho tuvo problemas por criticar esta postura, pero toda su obra está volcada en la cultura irlandesa, en el problema de identidad provocado por la dependencia de Inglaterra. Podríamos decir que es un autor de la identidad. Y en Los muertos este tema es fundamental.
Siguiendo con nuestra distinción entre personajes dependientes sociales y personajes más libres, podríamos poner en el primer grupo al protagonista y sus tías y prima y en el segundo a su mujer, la chica que trabaja en la casa, el borracho y la «nacionalista». Los del segundo grupo viven su situación de irlandeses con normalidad: les gusta su paisaje, se saben sus canciones, están más cerca de lo natural. Los sociales son pro Inglaterra porque representa el mantenimiento de lo que está bien, de los valores de una sociedad como debe ser.
¿Se entiende la necesidad de que la cultura en la que nos movemos sea natural para nosotros, de que proceda de una forma de relacionarnos fluida y creada a través de los siglos? Es muy fácil relacionar esta situación con los distintos pueblos de España, pero también se me ocurre el pensar en la anglosajonización que sufrimos los europeos. ¿Podemos ser nosotros mismos moviéndonos en una forma de entender el mundo que nos viene de fuera?
¿Por qué necesitamos vivir en una cultura que sintamos y no solo que entendamos o admiremos?