COMENTARIOS A CONTEXTUALIZAR UN PERSONAJE
Dejo el texto escrito por N.O.Z sobre un personaje que termina de vendedor de biblias. Está muy bien pensado por el contraste entre dos personajes, uno cuenta el contexto de la vida del otro de manera que, sin decir nada, lo cuenta todo. Lo consigue haciendo un mapa del personaje, un recorrido por su vida, una contextualización. Sólo por lo que les ha pasado a sus padres, por cómo vivía, por los personajes que le han rodeado, nos imaginamos perfectamente al vendedor-ladrón. Así funciona la literatura, rodeando lo que quiere contar para que surja como un descubrimiento.
N.O.Z. July 24, 2009 at 09:58
Albert siempre ha sido un inadaptado. Conozco a Albert Alsoon desde siempre. Desde el primer día de colegio nos emparejaron en el pupitre por haber nacido los dos el día 16 de junio. Ahora sé que colocan a los alumnos por orden alfabético, o bien por estatura, pero al profesor Jameson aquel “primer día de colegio” se le ocurrió colocarnos por fecha de nacimiento y eso condicionó nuestra vida para siempre.
Yo soy su único amigo. Como nací a las siete de la mañana, mientras él lo hacía al mediodía, y soy, por tanto, cinco horas mas viejo que él, siempre he ejercido sobre Albert un poder dominante.
Albert es el menor de dos hermanos, y llevaba una vida familiar bastante apacible hasta que su padre, propietario de la mejor pastelería de todo el condado de Gleztom, se fugó con una de las empleadas de la tienda que contaba solo con veintitres años, es decir la mitad que Mr. Alsoon y veintidos menos que la madre de Albert, cuando este aún no había cumplido los nueve años.
Su hermano mayor se fue entonces a vivir al lejano condado de Cannaris, con unos tíos que le empleaban en las más duras tareas del campo y sólo se veían por navidades.
Albert se criaba con el aspecto de un niño bobalicón, gordito, torpe, nada dotado para las prácticas deportivas, por lo que se dedicaba a ayudar al pastor Bilwader en los oficios dominicales, tarea ésta en la que yo también colaboraba hasta que un día desapareció todo el dinero de la colecta y el pastor Bilwader encendido por la ira nos echó la culpa a nosotros. Como yo no había sido, deduje que Albert era un ladrón y algún día terminaría en la cárcel.
Por eso, cuando aquel día se presentó en mi casa con un libro encuadernado en piel, del que colgaban diversas cintas de colores, me quedé estupefacto. “He encontrado un empleo como vendedor de biblias», me dijo, «y necesito tu ayuda”. Era lo mismo que había ocurrido a lo largo de nuestros diecinueve años de existencia. Utilicé la cinta roja para marcar un pasaje del Genesis en el que Eva y Adán eran expulsados del Edén y eran conminados a “ganar el pan con el sudor de la frente”; la amarilla, que era de idéntico color a la camisa de Albert, para situarla en el prólogo del evangelio de San Juan donde dice: “… la luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no recibieron a la luz…”; por fin, la morada la situé en un párrafo del Testamento Antiguo en el que ponía: “No atesoréis en la tierra donde la polilla y el orín corroen y los ladrones roban y socavan, atesorad mas bien para el cielo, porque allá donde tengáis vuestro tesoro allí también tendréis vuestro corazón”. Una semana entera tardó en aprenderse la tres frases, lo que me hizo recordar, que en las funciones del colegio, Albert siempre figuraba como atrezzo ante la imposibilidad de aprenderse un papel por pequeño que este fuese.
En su nuevo trabajo había sido asignado a una zona rural cercana al condado, cobraría cuatro libras esterlinas y treinta y cinco peniques por cada ejemplar vendido. Albert tenía ahora que inventarse un pasado y hasta un nombre: Manley Pointer, el resto ya lo conocéis; el resto, excepto que la venta de biblias para Albert Alsoon era sólo la llave con la que violar los cofres, anhelos de sus infantiles impulsos. Pronto terminará en la cárcel.
Este cuento es buenísimo, deberíais publicarlos en la sección de textos inéditos…. esperando que algun día los publiquén.
Decirle al N.O.Z que mande más y sobre todo que desvele el nombre…
A lo mejor es un escritor «consagrado» y nos hace comulgar
Los trasgos, como sabéis, no tenemos vida propia después de la comida, porque la abundancia en las libaciones con alta graduación alcohólica nos hacen visibles a los humanos y esa puede ser nuestra perdición, es más, puede ser la ruina de nuestra vida misma. Pero hoy hago una excepción, puede que merezca la pena.
Y hago una excepción, porque estoy seguro de que lo importante en esta historia no es tanto la identidad del autor, como la del personaje, porque como creo que la realidad siempre supera la ficción, conociendo al personaje conoceríamos la magia literaria que encierra el bueno de Albert Alsoon.
Él, como todos nosotros, no es más que una pieza en la partida que juega el creador con la criatura. Pero él es la piedra-pieza angular sin la que el edificio no se sostiene.
N.O.Z.
Yo, como tu, también estoy segura que la realidad siempre supera la ficción.
Y también creo que tienes mucho talento literario, sigue escribiendo y seguro que algún día tus sueños se realizan.
Tú, como yo, sabes que el talento literario -que además no poseo- no ayuda a alcanzar ningún sueño… si me conocieses sabrías, que a mi edad, al único sueño al que se puede aspirar es al de la inmolación.
Pero te agradezco tus palabras, que adivino llenas de ternura y de buenos propósitos, que siento sinceras y generosas. Tú, y quienes como tú sienten, tenéis la capacidad transformadora que el mundo necesita… ¡adelante!. Los sueños sólo son realizables a través del amor, aunque eso es harina de otro costal, en el que la literatura tiene un papel marginal.
A mí me gusta verlo como alter-ego. Ese otro yo que llama a la puerta y exige que le dejemos salir al exterior. Es cierto. El cuento es hermoso.
Gracias María, pero en esas conjeturas hay que tener en cuenta la capacidad del escribiente. En este caso, ni alter-ego, ni llamadas a la puerta, ni viajes exteriores,… todo es más sencillo y prosáico, como yo, como mi escritura.
No sé, no sé. Das una clave que te pierde, el mismo día de nacimiento…
Yo, lo del mismo día de nacimiento lo he entendido como la posibilidad de ser como el otro y justo convertirte en lo contrario, por si acaso.
Claro, en el momento en que te lo planteas como posibilidad es que está ahí como alter-ego, aquello que has negado pero que guardas en tu interior, como en «The Jolly Corner» de Henry James, o incluso las historias de Poe, las de horror.