EL CABALLERO DE LA CARRETA. Chrétrien de Troyes

El caballero de la carreta
Chrétien de Troyes
Alianza Editorial
137 páginas

La novela tiene el poder de mostrarnos una experiencia en un tiempo y espacio concretos, y lo hace de tal manera, que podemos asistir a esa experiencia como si estuviésemos ahí mismo. Leer novelas de hace tantos siglos nos permite tener experiencia de cómo se pensaba, se sentía y se actuaba. Es una especie de milagro estar ahí, de repente, en un camino de un bosque de Bretaña, o encarcelados en un castillo. Y no tiene nada que ver con una historia de aventuras aunque la acción sea trepidante. Lo que palpita es el corazón del protagonista en una lucha continua entre las ideas y los instintos dirigidos por la fortuna.

La lectura desde nuestros sobrealimentados yoes actuales resulta sobrecogedora porque no hay ni rastro de yo en Lanzarote, que se mueve bajo la dirección de Amor, amonestado por Razón o transportado por Fortuna. Su vida sólo tiene valor en función de su amada, y lo más curioso es que el lector puede ver desde fuera que no merece realmente la pena tantas penurias por ella, una reina que juega. De hecho, lo importante no es el objeto de amor, sino Amor mismo. Podemos asistir a un momento en el que el ideal funcionaba como un motor con tal potencia que borraba el miedo a la muerte. La muerte no era más que una anécdota. Desde nuestra cultura occidental actual resulta muy extraño ese momento histórico. Lanzarote no toma ninguna decisión en función de su bienestar, en realidad siempre escoge lo más arriesgado, como si su cuerpo no tuviera valor. El gran castigo es el cautiverio, el estar aislado del mundo al que pertenece y por el que vive. Lanzarote en cautiverio no es. La presencia de la nada es más potente en el cautiverio que en la muerte, que si es digna, te permite mantenerte vivo en el tiempo.

En realidad, Amor, Razón o Fortuna no son ideas, son fuerzas. Ese mundo parece un espacio de relaciones, donde cada uno es en función de su relación con todo lo que le rodea. En este caso, el protagonista está marcado por el hecho de ser caballero, por la obediencia al rey y el honor, la valentía y la veracidad. Pero a este caballero, que sólo tiene que cumplir con esto, le ocurre que Amor le ordena, obligándolo a salirse de su condición de caballero y sufrir las peores penas: ser un desheredado y vivir en cautiverio. Y esa misma fuerza que le lleva al deshonor, es la responsable, al final, de ser reconocido como como el caballero de la venganza pasando las peores pruebas. De alguna manera, sólo el que arriesga es capaz de llegar al nivel más alto de identidad.

Lanzarote es un caballero que representa todos los atributos de su condición: veraz, fiel, valiente, pero lo que cuenta la novela es su humanidad. Es una leyenda viva, todos cuentan sus hazañas y su fuerza, sin embargo, el narrador nos ha llevado por el camino de esas hazañas desde su lado humano. Lo primero con lo que nos encontramos es con que hace algo absolutamente contrario a su condición de caballero: subirse a la carreta de uso común para ladrones y asesinos sabiendo que se convertirá en un ser infame. Y eso lo hace porque “Amor lo quiere” aunque “Razón disiente”. Mientras Lanzarota se sabe héroe, el narrador cuenta que no tiene otro remedio que serlo mientras Amor mande. Y no se presenta a Amor como un ideal, sino como una fuerza dominadora con final carnal, rodeado de sangre, secretos, mentiras, dudas, traiciones.

La construcción del mundo medieval está tan alejada de nosotros, de hecho más alejada que el mundo griego o romano, que no deja de ser una experiencia pensar en todas las manifestaciones artísticas, escultórica y arquitectónicas de esa época después de esta lectura. Los caballeros hacen referencia a la iglesia y los santos como motores de sus vidas en el momento de venganza. La iglesia no parece más que un espacio sagrado pero sin contenido, sin que el mensaje cristiano sea conocido. Los lugares son puros y sagrados, la vivencia del sexo natural, no razonada, el tiempo larguísimo, los encierros duran años, el traslado a algún lugar cercano, semanas. Los espacios están desorganizados, de manera que pueden parecer infinitos cuando en realidad ocupan un pequeño territorio. Desde esta lectura, también es desde donde se puede entender el mundo que representa D. Quijote, el cambio que propone y puede ver Cervantes, el final de un mundo cerrado a los caballeros.

Y no es este libro una novela de caballerías, es la historia de Lanzarote saliendo de su mundo y volviendo a él. Está en juego su identidad, su vida carece de valor. Son muchos los temas que abre esta novela para pensar en nuestra época, que perdió y que ganó con esa forma de ver el mundo que duró tanto tiempo y sobre la que hay tan poco escrito.

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One response to “EL CABALLERO DE LA CARRETA. Chrétrien de Troyes

  1. Es muy interesante la lectura de este libro para ver la diferencia con los románticos. Estos personajes medievales sufren calamidades, sufren por causas ajenas que tienen que solventar. Los románticos eran los dueños y señores de sus sufrimientos. Nada que ver las cabezas y sólo se puede ver con claridad en la literatura. Puede estar muy bien estar un rato con Werther después de conocer a Lanzarote.

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