EL GRAN GATSBY. Scott Fitzgerald
Gatsby es el gran Gatsby para el narrador, Nick Carraway, que quiere contar el verano en el que aprendió algo fundamental.
El narrador en una novela marca el tono y el punto de vista desde el que se ve la historia que relata. En este caso, es un narrador identificado que necesita contar un verano que le obligó a tomar conciencia de las execrables consecuencias de la superficialidad.
La emoción gira en torno al concepto de nuevo rico, utilizado por nuevos pobres o en este caso, por ricos que se cierran en un mínimo círculo y que no pueden tener en consideración a nadie que esté al otro lado de sus límites.
La inocencia de Gatsby, que es capaz de ser gangster y a la vez sentirse completamente desvalido ante ese mundo al que no puede acceder, es lo que conmueve al narrador.
Nick Carraway es el perfecto testigo, el que tiene como máxima no juzgar para esconder su cobardía. Puede asistir a cualquier vileza y sonreír, es exactamente el testigo opuesto a Dios, que lo ve todo y que sí juzga, representado por unas enormes gafas en un anuncio de carretera. Pero Dios sólo existe para uno de los personajes, un pobre hombre todavía marcado por leyes divinas. Nick Carraway es el verdadero protagonista de la historia, el que al final juzga y decide llevar su vida por otro camino.
Plantear la superficialidad como una forma de estar en el mundo maligna, sin enjuiciar, simplemente describiéndola, es el principal logro de la novela. Tom y Daysi viven en un aburrimiento producido por la falta de vínculos con el mundo, un aburrimiento que tienen que llenar con planes sorpresivos, bebida, frases grandilocuentes, amantes, comidas. Ese matar el tiempo va dejando una estela de ruinas que ni siquiera ven. “Dejan a los demás arreglando el desastre que ellos han creado”.
La crítica a las clases altas, a la sociedad de consumo, al sueño americano, es un motivo recurrente en las novelas, pero en este caso, quizás sea por la distancia del narrador que no juzga, el lector puede entender el mecanismo del desastre que generan.
A pesar de estar ambientada en otra época, ese mecanismo sigue vigente. Si el otro existe sólo en función de lo que me puede proporcionar, su mundo será totalmente opaco para mí y la responsabilidad desaparece, de manera que no hay límites en el entretenimiento del yo.
EL GRAN GATSBY
Scott Fitzgerald
Alfaguara
O GRAN GATSBY
Scott Fitzerald
Ir Indo Edicións I
Leí ‘El Gran Gatsby’ hace muchos años, la disfruté mucho, y después de leer tu artículo me dan ganas de releerla. Recuerdo que la novela me pareció afilada, inteligente y, sobre todo, maravillosamente tétrica, angustiosa, deprimente. Es extraño, pero creo que casi la leí en clave de cuento de fantasmas. De hecho, cuando la terminé, lo primero que pensé fue: «pero si están todos muertos! parecían estar vivos pero estaban muertos desde el principio!». Y de pronto, visto así, todo cobró sentido (como en una especie ‘Pedro Páramo’ pero en la escena snob del Nueva York y Long Island de los años veinte). De todas formas, ver espectros o «muertos vivientes» en los personajes de prácticamente cualquier novela es algo que me ha ocurrido desde siempre, y cada día más. Me impresionó mucho, cómo no, su famoso comienzo, nunca lo olvidaré: «En mis años mozos y más vulnerables mi padre me dio un consejo que desde aquella época no ha dejado de darme vueltas en la cabeza. “Cuando sientas deseos de criticar a alguien” -fueron sus palabras- “recuerda que no todo el mundo ha tenido las mismas oportunidades que tú tuviste.” Este primer párrafo, puesto al lado de las últimas líneas de la novela, me parece que crean y cierran un círculo muy interesante.
Una bonita ilustración de ese «Dios que lo ve todo y que sí juzga, representado por unas enormes gafas en un anuncio de carretera»:
http://fc01.deviantart.net/fs47/f/2009/172/9/f/Doctor_T__J__Eckleburg_by_sukimd.jpg
«Pero encima de la tierra gris y de los espasmos del polvo desolado que todo el tiempo flota sobre ella, se pueden percibir, al cabo de un momento, los ojos del T.J. Eckleburg. Los ojos del T.J. Eckleburg son azules, y gigantescos, con retinas que miden una yarda. No se asoman desde rostro alguno sino tras un par de enormes anteojos amarillos, posándose sobre una nariz inexistente. Es evidente que el oculista chiflado y guasón los colocó allí a fin de aumentar su clientela del sector de Queens, y después se hundió en la ceguera eterna, los olvidó o se mudó. Pero sus ojos, un poco desteñidos por tantos días al sol y al agua sin recibir pintura, cavilan sobre el solemne basurero».
Baz Luhrmann ya está escogiendo reparto para su ‘El gran Gatsby’:
http://blogs.elpais.com/version-muy-original/2010/11/gatsby.html
El gran Gatsby, la leí hace poco y me pareció interesantemente descriptiva, desde los espacios hasta de las personas y/o personajes, en especial mi fijación estuvo enfocada hacia la historia de amor que ahi se desarrolla, como el amor de un hombre hacia una mujer hace que éste busque la forma de generarse riquesa y más aún que busque la oportunidad para acercarse de nuevo a su ser amado, claro que no puedo dejar de lado el hecho de que el tiempo en el que él estuvo separado de su amor, fué por la distinción de clase social que existía entre ellos, situación que como bien dice Silvia Bardelas, en la actualidad aún persiste, al igual que Elmtree, la frase del inicio del libro fué la que me atrapó para continuar la lectura.
Trailer de la nueva versión cinematográfica (bastante, pero bastante libre, parece) de ‘El Gran Gatsby’, escrita y dirigida por Baz Luhrmann y protagonizada Leonardo DiCaprio:
http://trailers.apple.com/trailers/wb/thegreatgatsby/