EL MALOGRADO. Thomas Bernhard
El Malogrado
Thomas Bernhard
Traducción de Miguel Sáenz
Editorial Alfaguara
Cuando era adolescente, distinguía entre los auténticos y los que nos movíamos en la semiautenticidad. No era un razonamiento válido, con el tiempo lo he visto, pero la realidad es que “los auténticos” iban cayendo, mientras que los otros nos agarrábamos a cualquier rama para salvarnos. La muerte perseguía a los auténticos como si de ninguna manera fuera a dejarlos respirar por mucho tiempo y ante nosotros se abría la posibilidad de llegar a la vejez. También tenía claro que la mayoría de la gente no hacía esta distinción, que éramos los que acabábamos estudiando “ciencias del espíritu”, y sobre todo Filosofía, los que teníamos ese anhelo de autenticidad. En aquel momento, ya no podía ser un actor porque no le había dedicado mucho esfuerzo a la música y la escritura era imposible, ¿cómo ordenar tanto caos?
Pues bien, este libro trata de este tema de una manera genial. Thomas Bernhard estaba en el camino de ser un virtuoso del piano cuando se encontró con Glenn Gould, posiblemente el mejor pianista de todos los tiempos. También estaba con él su amigo Wertheimer. Después de sus clases con Horowitz y de su amistad con Gould, los dos abandonaron el piano porque se dieron cuenta de que no eran los mejores y tomaron las “ciencias del espíritu”.
Thomas Bernhard, en primera persona, se dirige al lector como a un confidente y uno de los logros del libro es conseguir que el lector sienta que está asistiendo a una especie de confesión, a una narración basada en la “verdad” porque estos personajes parapetados en sus casas, no ponen contención en el análisis de sus vidas.
Los tres son ricos y tienen la libertad para ser lo que quieran. Eligen el arte por distintas razones, Gould por auténtico amor a Bach y los otros dos por oposición a sus padres en un principio y por llegar a vivir algo verdadero.
Wertheimer se convierte en el protagonista de la novela, Gloud le llamaba “el malologrado” porque lo llevaba escrito. Él decía que si no se hubiera encontrado a Glenn, su vida hubiera sido de otra forma, pero cuando la autenticidad se le presenta delante, su propósito se define en malograrse, en verse como un ser “despreciable”, ni siquiera un filósofo, un hombre de “aforismos”.
No voy a contar su historia de “suicidio concertado”, merece la pena leer el libro, el narrador, que escribe desde Madrid, la mejor ciudad del mundo para él, saca a la memoria fragmentos y los va hilando hasta que un hecho tan abrumador como un suicidio, que solemos achacar a la locura, resulta que tiene un detonante sencillo, una actitud equivocada, un pensamiento juvenil que te separa del mundo y que al separarte y envolverte en un yo obsesionado, ya no eres capaz de superar. (Es una locura muy habitual).
El libro también hace una buena reflexión sobre el arte en Europa, quizás demasiado encapsulado.
Glenn Gould es Dios,
es la prueba de cómo una vida de compromiso absoluto con la música y consigo mismo le cambia la vida a los demás.
En ese sentido cambia el mundo y lo hace mejor.
Sus distintas versiones de las variaciones Gouldberg, son de las piezas mas conmovedoras e inagotables de la historia de la música.
Nunca me cansaré de oírlas, gracias Glenn.
Bueno, yo no diría que era Dios. Era un hombre listo que decidió evitar la mediocridad obsesionándose con un autor. No dio opción a equivocarse. Una cosa que me sorprende es que despreciaba a Beethoven, por supuesto, despreciaba a todos los seres humanos, sobre todo a su público. Pero en fin, el arte está por encima de los artistas. Curiosamente, lo que produce su música es lo contrario.
A lo que me refiero es que cambia la vida a los demás no por que los ayude al estilo ong, con cariño y comprensión, si no porque el resultado de su obra te conmueve, te llega, te transforma y te hace mejor.
Da igual que nos despreciara, como persona era un impresentable, pero como músico no.
Además lo bueno que tiene esta historia es que sin nadie que le escuche no existe. Es decir, sin los otros no es. Ni músico, ni gilipoyas. Además se delata grabando discos. Nos necesita.
Si despreciaba a Beethoven, peor para él. Evidentemente no llegó porque se quedó en Bach obsesivamente.
De todas maneras su auténtico drama es ser el mejor interprete de la historia (uno de ellos) pero no ser capaz de componer. Eso sí que debe de joder hasta el infinito, sobretodo con esa hipersensibilidad musical. Desde ahí es fácil entender su amargura hacia el mundo, reflejo claro de la impotencia del que se sabe incapaz.
Me voy a poner otra vez sus variciones y las voy a disfrutar aunque le joda.
Va por ti Glennecito.
Claro que los auténticos caen. Yo conozco a más de uno y ¿de qué les ha servido? Bueno, estoy siendo algo cínica… Para mí la duda está entre la autenticidad y la supervivencia y creo que no son del todo compatibles. De hecho creo que es un magnífico tema para una novela y tal vez el único. La dichosa «conciencia» de Occidente.
Me impresiona lo que dice Álvaro, que en algún sentido Glenn Gould, «cambia al mundo y lo hace mejor»; siempre he pensado que nuestra vida solo tenía sentido con ese objetivo, que luego cumpliríamos con mayor o menor fortuna, pero con el paso de los años lo considero un don y, por tanto, el único mérito que tenemos es el de darnos cuenta de que lo poseemos.
Hay otra cosa que considero imprescindible y es que los demás sean mejores también. Lo contaré de un modo gráfico: Hace un par de meses estuve en una conferencia, en el que intervenían dos ponentes, precediendo a la intervención del segundo se hizo su presentación «doctor en derecho por la UAM, catedratico de teología en la San Dámaso, etc. etc.», pero cuando tomó la palabra comenzó diciendo que él, de lo que realmente entendía era de futbol, y que de lo que estaba mas orgulloso era de haber visto jugar a Zinedine Zidane, un jugador dijo «que el campo de futbol lo difícil lo hace fácil, y sobretodo consigue que los que juegan junto a él también sean mejores»… esa es la clave.
Por tanto tenemos una función, pero el otorgador de los dones y el hacedor de la criaturas, es el inefable; y creo, con todo respeto, que nadie puede otorgar ese nombre a Glenn Gould.
Vaya, veo que me he cruzado con Paula, y sus acertados comentarios; claro que no es extraño que alguno le haya puesto el sobrenombre de «La Magnífica».
Querido Trasgo,
veo que tienes mitificado al inefable.
Lo comprendo y me parece lógico.
Yo como no le conozco, mas que a través de sus actos, no. Por eso pienso que cualquiera puede ser Dios en la medida en la que se comporte como tal. Por ejemplo GG tocando. Entiendo que mi postura es mucho más mundana pero es la única realidad que no comprendo aunque la siento.
Ojo, no confundir con estar como Dios, que eso gracias a… si me pasa amenudo. Pero si te sientes mínimamete incómodo con mi postura, que le den mucho a….GG, que a mi las personas si me parecen importantes. Sobre todo las que no conozco.
Querido Álvaro,
¿comprendes y te parece lógico que tenga mitificado al inefable, al que tu «solo» conoces a través de sus actos?. El inefable, por definición, es el que no se puede explicar. Como no son explicables las cosas del sentimiento, esas que algunos creen que radican en el corazón, pero están en la cabeza; como lo que tu crees, como lo que creo yo, como lo que yo siento y lo que sientes tu, que no nos aleja sino que nos une. Diría mas, sin ningún ánimo de ser pretencioso, como lo que nos ha unido ya para siempre a través, también, de este «ellectorperdido» que hace de cordón umbilical de ambos.
Gracias por escribirme. Algún día cuando estemos frente a frente te diré, sin nadie mas que nos escuche, quien es el inefable para mi.
Querido Trasgo,
Efectivamente lo que no se puede explicar existe, pero no se puede explicar.
Sin embargo, las cosas del sentimiento si. Existen y se pueden explicar. Ahí tienes la historia de la literatura como muestra.
Por desgracia yo perdí el cordón umbilical en una apuesta y mi desapego es inconmensurable.
Cuando estemos frente a frente, el inefable nos dirá ¿y vosotros de que vaís? Ya os estáis llendo pa baixo que aquí no hay lugar para marranos.
Te veo en el infierno de Dios en el que solo hay humanos.
Alvaro,
Creo que tienes mucha razón cuando dices que las cosas del sentimiento existen y se pueden explicar… solo es necesario que alguien este escuchandolas o leyéndolas.
Realmente la literatura, asi como el cine y la música esta formada por eso, por historias de sentimientos que son los que en realidad mueven el mundo.
Ese es un tema muy interesante, el del sentimiento como auténtico motor en la vida. Lo que resulta increíble es que actualmente el arte, incluída la Literatura, no le preste atención, o no lo considere como un factor importante a la hora de contar una historia.
Perdona Silvia, pero yo no lo veo así. Creo que el principal motivo del Arte abarcandolo todo, también la Literatura, es trasmitir sentimientos.
El relato del «El Beso» por ejemplo, transmite mucha ternura.
Y escuchando a este maravilloso pianista, Glen Gould, que parece que se multiplique delante del piano, te puedes transportar hacía donde quieras ir.
Por cierto, me cuesta creer que despreciara a todos los seres humanos, pero porque es algo que no puedo entender, incluido, como dices, a su público; pero a él se le nota disfrutar muchísimo, en cuerpo y alma y eso también lo transmite.
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Lo que quería decir es que muchas corrientes literarias actuales no crean emoción, no tocan al sentimiento de forma deliberada. Lo que no sé es si de forma deliberada, o es la falta de autenticidad la que no produce emoción.
Álvaro, hay cosas nuestras que nosotros mismos no entendemos. ¿como llegar a explicarlas a otros?, no, no todos los sentimientos son explicables; como tampoco es necesario que se escuche o se lea, como nos dice Ava, porque un sentimiento es suficiente en si mismo y no necesita mas. Aunque es cierto que es muy bonito poder compartirlo, aunque casi nunca sea posible.
Por otra parte, yo no sé muy bien cual es la finalidad de las artes, pero si tengo la sensación que la literatura, el cine o la música, están despojadas de sentimientos, sobretodo en las corrientes mas extendidas, en las manifestaciones mas difundidas, en las historias mas repetidas. Y eso es desolador.
Llego tarde a tan exquisita conversación.
Decir que Lacan habla del senti-miento (este siempre miente). La música más bien pertenece a los niveles de la pulsión (oral, anal, fálico, escópico y auditivo). Extensión pues del instinto y la necesidad de contacto (pues de ahí, del tacto, viene el oído).
Me gustaría aportar el término winnicottiano de «espacio transicional». Espacio intermedio entre la realidad y el Yo, el cual manipulamos y podemos cambiar a antojo. Es como el osito de peluche del niño -es suyo, juega con él, esta vivo y cambia nuestra realidad-. Las artes en general, y la creatividad en especial es un espacio potencial, transicional que hace cambiar la realidad de quien participa.
Escuchar a GG es aprender. Se escuchan todas las voces, las enfatiza, las mima, las enseña. La articulación es la antesala de la articulación ahora barroca original o del periodo. La técnica y la coherencia es impecable. Si bien Rosalin Tureck las toca de primor -de hecho GG aprende de ella- , le falta la habilidad de este.
Encantado de poder decir cuatro tonterías sobre algo que me subyuga.
Gracias por participar, Óscar. Me encantaría que nos contaras algo más del «espacio transicional», no lo conozco. Estoy pensando también en un post sobre el «ámbito», otro concepto usado para el arte. Todos estos espacios intermedios y abiertos son muy interesantes. Es una pena que sea tan difícil introducirlos en la vida normal.
Bueno Silvia (la que guarda el bosque) -el significado de tu nombre-[muy bello], esto del espacio transicional es más una vivencia que una lógica racionalizada. Tiene que ver con crear lo dado, algo parecido a repetir -pero ni mucho menos-, eso que nos hace a todos grandes, no por la genialidad, sino por la capacidad de disfrute. Eso es interpretar, o componer, crear en general, recrear lo dado. Siento repetirme, pero la historia no está en luchar contra la repetición, sino en hacer y en disfrutar. GG no inventa nada pero lo reinventa todo. Como cuando alguien te recita un poema, sea o no suyo, en ese momento es poeta el que dice poesía.
El espacio transicional de GG es Bach: la partitura es de Bach, pero Glenn lo transforma, elige el tempo, la articulación, el momento de cada nota, la intención. Crea sobre algo ya creado en ese espacio donde se realiza el juego. Ese es el espacio transicional, el espacio donde se da el juego.
A lo mejor no procede, pero si os apetece echar un vistazo a mi espacio transicional, tengo algunas composiciones puestas en la red. No tienen ninguna intención, solo jugar, sacarle jugo. Da igual si se parece o no a algo o a alguien, solo es un momento y si se puede compartir mejor.
http://www.jamendo.com/es/search/all/re-lab
Un beso, encantadora Silvia, por acogerme tan bien en esta vuestra conversación.
Oscar, no digas que tu música es un «momento» por que se ve el trabajo de horas y horas que hay detrás. Le da un toque de falsa mosdestia impropio de cualquier compositor
El espacio transicional tiene una pinta muy interesante como concepto, pero creo que no esta dónde tú lo tienes colocado.
Estoy de acuerdo contigo en en como GG interpreta / reinterpreta a Bach, lo hace suyo. En ese sentido lo compone.
Pero nunca es una transición, si no en todo caso, una llegada, un hallazgo, un encuentro, un hito, una creación.
La transición.
(Del lat. transitĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto.
2. f. Paso más o menos rápido de una prueba, idea o materia a otra, en discursos o escritos.
3. f. Cambio repentino de tono y expresión.
Es el espacio dónde se produce el cambio. El umbral.
Lo de GG es una construcción elaborada, trabajada, nunca transicional. El proyecto de una vida.
Eso no quiere decir que no exista una evolucion constante, ahí estan sus dos versiones de las variaciones G. con más de 20 años de distancia, que muestran perfectamente el cambio de sensibilidad producido por la experiencia. De un tempo rápido, casi atolondrado y virrtuoso, a una cadencia lenta y expresiva. Deleitándose en LA INTERPRETACIÓN DE SU PROPIA SENSIBILIDAD A TRAVÉS DE LA PARTITURA. Esos 20 años son su espacio transicional, que existe por que grabó la segunda versión y para mi, desde luego, su obra maestra.
Pd. el concepto «ambiente» en la música hay de desterrarlo. La coloca en un lugar secundario dentro de un ascensor. La creación musical es de valientes, se hace para que lo ocupe todo, invada los sentidos y desborde a los oyentes. Es un acto de osadía total porque exige que todo el mundo se calle y en silencio escuche.
Silvia, es lógico que te interese el espacio tansicional.
Tu lo tienes totalmente incorporado a tu vida; es lo que te pasa entre post y post. Y el ámbito en el que te mueves es , por ejemplo, es este blog.
Como ves, no es tan díficil introducirlos en la vida normal, lo dificil es reconocerlos.
Gracias, por el trabajo que haces. A mi me encantan tus cuentos. ¿cuando no pones uno nuevo?
Desde Lima, Perú. Creo que están equivocados si piensan que Glenn Gould despreciab a Beethoven. Su interpretación del 5º Concierto «Emperador» con Karel Ancerl es inigualable. Diferente a todas las demás pero absolutamente genial. El trino del 2º movimiento tiene tanta fuerza y carácter que da la impresión que domina el tempo de toda la orquesta. Escúchenlo y después me comentan.
Gracias, Guillermo, por la sugerencia. He intentado bajar a Glenn Gould tocando el 2º movimiento, pero la grabación se corta todo el tiempo y escucharlo así es un suplicio. Yo lo encuentro extraño, estaba acostumbra a Baremboim y me ha parecido una versión matemática. De todas forms me ha encantado.
Que despreciaba a Beethoven es lo que cuenta Thomas Bernhard en su libro según sus conversaciones con él en su juventud. Pudo cambiar, claro, aunque no me parece descabellado que despreciara su carácter tan emocional.
Para el inefable Álvaro y para todos:
«Thirty Two Short Films About Glenn Gould», interesantísimo largometraje experimental de François Girard del año 1993, estrenado en España como «Sinfonía en soledad». Una investigación en treinta y dos capítulos sobre la mente y el alma del internacionalmente reconocido virtuoso del piano Glenn Gould (1932-1982)
http://www.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/1191311/Sinfonia-en-soledad-(Thirty-Two-Short-Films-About-Glenn-Goul.html
As the title suggests, this dramatised documentary about the eccentric Canadian pianist Glenn Gould is broken up into thirty-two short films (mirroring the thirty-two part structure of Bach’s ‘Goldberg Variations’, the recording that Gould made famous), each giving us an insight into some aspect of Gould’s life and career. Out of respect for the music lead actor Colm Feore is never seen playing the piano, merely reacting to Gould’s own recordings, which are extensively featured.
http://www.imdb.com/title/tt0108328/
¿cuando pones un nuevo cuento?