EL MUNDO BAJO LOS PÁRPADOS. Jacobo Siruela
Ante la evidencia de que algunos hombres con las funciones del córtex cerebral paralizadas aún podían soñar, Jung se preguntaba «¿qué órgano produce entonces los sueños? ¿Qué parte del cuerpo hace soñar a un hombre? ¿Es algo físico o por el contrario es una indicación de que la mente, en realidad, actúa independientemente del cerebro; es decir, independientemente del espacio y del tiempo?»
No es fácil de entender que un acontecimiento tan potente y al margen de la ley de la causalidad esté tan poco presente en la investigación. Jacobo Siruela recorre las distintas acepciones del sueño a lo largo de la Historia y de las distintas culturas a la vez que se pregunta por su funcionalidad. Desde ahí aporta una gran cantidad de vivencias oníricas de personajes famosos, en su mayoría grandes pensadores en distintos ámbitos: políticos, filósofos, psicólogos, médicos, científicos. La intención es hacer partícipe al sueño en los acontecimientos de la historia, cómo influye en Descartes, Nietsche, Schopenhauer, Lincoln, Mark Twain, Jung.
Estas experiencias oníricas están contadas dentro del contexto espacio temporal en el que tuvieron lugar. En todas ellas está muy bien descrita la época y la voz de los protagonistas da credibilidad al acontecimiento. De repente, personajes encumbrados como los que ya he nombrado se ponen a nuestro nivel porque el sueño los deja en la misma situación de perplejidad. Podemos decir que el sueño es una experiencia compartida que vivimos de igual forma, aunque unos lleguen más lejos que otros por cierta facilidad a entrar en ese mundo. Pero resulta muy curioso que justo la vivencia que rompe las leyes de la casualidad y todas las leyes en las que ha habido una convención para entender el mundo, sea la compartida por todo igual. No tenemos duda de que todos nos movemos en el mismo lugar cuando soñamos.
De verdad me ha parecido muy interesante compartir la premonición de Mark Twain o Lincoln, la noche de Descartes, los sueños de asistencia a Santa Perpetua. ¿Por qué cortar esa vía de comunicación?
Otro de los temas, el fundamental desde mi punto de vista, que se palntea es el del tiempo. Es verdad que se han aceptado las nuevas corrientes físicas como la Teoría de la relatividad o la cuántica, se habla de agujeros negros, cuerdas, universos paralelos, sin que haya una revisión del concepto de tiempo aplicado al mundo. La no causalidad en la temporalidad onírica está clara, pero además, la existencia de sueños premonitorios, con un buen número de ejemplos en el libro y muy interesantes, debería obligar a revisar el concepto de tiempo. ¿Cómo es posible que se pueda saber lo que va a ocurrir?
En general, lo que se plantea es la toma de conciencia del sueño como una realidad que necesariamente obliga a abrirnos por lo menos a la evidencia de que no sabemos nada y a la necesidad de revisar nuestros parámetros a la hora de investigar el mundo.
Me ha parecido muy interesante la parte que trata la vivencia consciente del sueño, la experiencia consciente del sueño que puede vivir los que él llama onironautas.
Personalmente podría considerarme una onironauta y lo que queda de eso es la falta de aplicación de ese conocimiento a la vida real. Los sueños inspiradores, los sanadores, los que ordenan, que también están recogidos con buenos ejemplos en el libro, están integrados en la vigilia, pero los premonitorios o los conscientes sólo nos abren a lo desconocido. Ante lo que va a ocurrir no podemos hacer nada, es más, no hacemos nada porque no tenemos la certeza de que vayan a hacerse realidad, es después, cuando ya todo ha pasado, cuando se tienen en cuenta. Siempre he soñado con mis hijos antes de que nacieran, sabían que eran niño o niña desde el primer mes, si nacían de cesarea o no, su personalidad, el tamaño. En esos sueños, la sensación que tenía era que ellos se querían mostrar. Pero el mundo de los sueños se interpreta a través de sensaciones y emociones. ¿Cómo darles credibilidad en un mundo donde sólo el razonamiento es una fuente de saber legítimo? ¿Qué hacemos con el otro conocimiento ilegítimo pero probado?
El libro plantea este conflicto y lo que quiere es poner encima de la mesa la influencia que siempre ha tenido en el curso de la historia. La parte que resaltaría es la que pretende dar un empuje a su estudio, a tenerlo en cuenta como una forma de conocer el mundo y sobre todo el único ámbito donde el tiempo se muestra a sí mismo, más allá de su relatividad, que es a lo único que podemos acceder en la experiencia de la vigilia.
Estaría bien que se investigara en este campo, la parte del libro dedicada a los que han experiementado en la experiencia onírica evidencia de nuevo el momento que vivimos en el que cualquier