ENTREVISTA A PENÉLOPE PEDREIRA, editora de Barbantesa
Es recurrente en esta página el tema de la falta de espacio para la literatura que no pretende entretener sino buscar nuevas formas de narrar y hacer de espejo de la época actual. Entiendo esta necesidad de espacio como lectora y como escritora. Penélope Pedreira y sus compañeros han decidido darme un espacio en su nueva editorial Barbantesa publicándome una novela que se llama As Médulas.
Tengo que reconocerles de alguna manera su forma poco usual de trabajar. Me ha sorprendido su seriedad editando, la búsqueda real de textos interesantes, el cuidado en la edición, el respeto al autor y al lector y sobre todo y puede parecer extraño, su «saber leer». Sé que para gente que no conozca por dentro el mundo de los libros le parecerá esta idea muy extraña, pero es verdad que en el mundo de la edición hay muy poca gente que sepa leer. También parecerá que soy una engreída que dice que le han sabido leer, pero a pesar de ese riesgo tengo que contar cómo se han parado en el sentido del narrador o la estructura, que no es un tema habitual en las editoriales, donde las preguntas que se hacen son del tipo: ¿engancha?,¿el tema está en el tintero?, ¿mantiene la atención?, ¿es políticamente correcto? sin plantearse directamente si de él se pueden sacar nuevos temas o está escrito desde un punto de vista novedoso.
De alguna manera son editores jóvenes que trabajan en la edición a la antigua, pensando en cada libro como algo que quieren publicar y cuidar, respetando cualquier vena arriesgada del autor y esperando las lecturas de otros, porque editar siempre es un riesgo cuando no te mueves según las poco literarias leyes del mercado.
El interés en entrevistar a Penélope viene de su forma de ser editora, digamos, pero también de su clara intención de dedicarse a descubrir textos y de arriesgar.
Creo que a mucha gente le gusta teóricamente el oficio de editor, pero antes de empezar ya todo el mundo se encarga de hacerte consciente de unas dificultades que parecen insalvables. ¿Cómo sobrevive una editorial pequeña?
Una editorial pequeña sobrevive, en primer lugar, por el esfuerzo de las personas implicadas en el proyecto. Además de esto, el proyecto editorial en sí debe ofrecer en principio algo más o menos novedoso al lector y nosotros creemos que siempre hay necesidades no cubiertas o escasamente cubiertas en un sistema literario. Dicho esto, hay que señalar que las nuevas tecnologías facilitan mucho la labor de edición y posibilitan una menor inversión en infraestructuras. La impresión digital –que permite ir regulando las tiradas según se vaya viendo que evoluciona la demanda– favorece, por ejemplo, la disminución del riesgo y evita acumulación de ejemplares no vendidos.
Antes de crear Barbantesa, ya habías creado Rinoceronte con Moisés Barcia. Es una editorial especializada en libros de culturas minoritarias o poco conocidas en nuestro país, como las nórdicas, orientales, africanas o israelita. ¿Ha tenido éxito?
Al margen del éxito comercial, relativo en una pequeña editorial que edita en una lengua minorizada, Rinoceronte ha adquirido cierto nombre por su peculiar posicionamiento en el mercado, al tratarse de una editorial especializada en traducción. No obstante, la mayor parte de las traducciones se hacen del inglés y en Galicia también del castellano, por lo que editoriales como Rinoceronte ou Barbantesa cubren un sector minoritario y escasamente atendido dentro de la traducción.
¿Qué interés crees que puede tener las literaturas minoritarias, es decir de lenguas con pocos hablantes?
Creo que hay que distinguir entre ‘literaturas minoritarias’ y ‘literaturas de lenguas con pocos hablantes’, pues en el caso de las literaturas africanas, por ejemplo, nos encontramos frecuentemente con autores que escriben en inglés, en francés, en portugués… Tienen, para empezar, el interés que suscita toda cultura desconocida. En muchos de estos textos encontramos no sólo otras cosas que contar, sino también otras formas de contarlas. Y esto siempre es interesante, ¿no?
Centrándonos en tu nueva editorial, en un mercado saturado, los libreros cuentan que no tienen ya capacidad de seleccionar, ¿crees que todavía la gente espera algo diferente o ya acoge los nuevos proyectos con poco interés?
Tanto entre los libreros como entre los lectores siempre hay quien espera algo diferente. Aunque no cabe duda que lo tienen complicado; especialmente los libreros, que se ven inundados de novedades editoriales que llegan, digamos, sin carta de presentación. El problema en este caso está, desde mi punto de vista, en la distribución. Lo ideal es el contacto directo y vivo con los libreros, cosa que no siempre es posible debido a que nuestros medios son limitados; además esto depende también de las librerías y de su forma de trabajar, no solamente de nosotros. Y siempre nos queda la difusión de boca en boca y otros canales como la página web o la página del facebook!
Tengo la sensación de que no hay diálogo entre los distintos mundos por los que pasa el libro: escritor, editorial, librería, lector. Casi parece un milagro que un libro llegue a manos de alguien, me refiero a los que no se venden agresivamente como un producto de marketing. ¿Tienes alguna idea de cómo cambiar esta situación?
Es difícil. Sería interesante un cambio en el papel de la distribución, pero lo veo complicado. Por otro lado, las relaciones de editores y autores con los lectores se dan en presentaciones de libros en ferias y librerías o locales diversos, pero es cierto que es bastante insuficiente y al final los lectores deben buscarse la vida, bien en una librería donde le aconsejen o en alguna revista especializada (a las que lo cierto es que las editoriales pequeñas tenemos menos facilidades de acceso), bien, como decía antes, a través contacto directo con otros lectores.
¿En qué consistiría ese cambio del papel de la distribución?
Sería deseable una distribución más centralizada; no todos los libreros trabajan con las mismas distribuidoras, lo que dificulta que los libros lleguen a todas las librerías. Además, a las pequeñas editoras nos piden exclusividad, por lo que tampoco podemos trabajar con varias distribuidoras al mismo tiempo.
Todos tus libros están escritos en gallego y eso significa que son libros que no se corresponden con la lengua oficial del país al que pertenecen, sabemos que el gallego es co-oficial, pero la realidad es que si quieres sacar uno de esos libros al extranjero, ¿cómo te presentas?, ¿quién lo va a leer para valorarlo?, ¿en qué contexto lo va a colocar? Para un editor es difícil asumir esa dificultad para colocar sus libros en el mercado internacional.
Sí, no es fácil por varias razones. En primer lugar, las editoriales pequeñas no suelen contar con un departamento de derechos de autor y todo el trabajo se carga en una, dos o tres personas. En segundo lugar, en nuestro caso, tenemos la dificultad añadida de la lengua: la relación entre la literatura gallega y la castellana es una relación desigual; mientras que en Galicia se traducen obras en castellano, el interés que la literatura gallega genera en las editoriales españolas es muy escaso. Las cifras son más que alarmantes: en las últimas estadísticas, las del 2009, la traducción del gallego al castellano suponía el 0’2% del total de las obras traducidas. Las del inglés eran más del 60%. Y con respecto a los mercados internacionales, el interés de estos por nuestra literatura está muy mediatizado por el castellano. Sabemos (por nuestra experiencia en la Axencia Literaria Galega) que es muy difícil vender la obra de un autor gallego al exterior cuando no cuenta con traducción al castellano. Fuera son reacios a aceptar un material que entienden que no se quiso ‘en casa’. Y por último, hay que señalar el escaso apoyo institucional. Es muy difícil que una agencia literaria o una editorial pequeña cubran una carencia institucional tan evidente y prolongada. Otros lugares con lenguas minoritarias (véase el caso de Cataluña, con el instituto Ramón Llull o países como Islandia, Finlandia o la República Checa, que cuentan con una web estatal de promoción de su literatura) son mucho más activos a este respecto y eso se nota.
¿Qué tipo de libro te gustaría encontrar?
No tengo ninguna idea preconcebida. Supongo que un libro que combine una buena e interesante historia con una expresión cuidada (no se trata de que sea de ‘retórica elevada’, pero debe haber eso que llama ‘voluntad de estilo’). La originalidad, cada vez más difícil, es uno de los valores más preciados.
Volviendo a Barbantesa, te he oído decir en otras entrevistas que queréis sacar libros destinados a no ser publicados por no ser comerciales. Eso es lo que esperamos todos los lectores, libros no comerciales, y que los escritores tengan espacio para “desbarrar”, es decir buscar sin la limitación de las ventas. Aún es un poco pronto, ¿pero cuál está siendo la respuesta?
Tampoco se trata de ir por ahí recogiendo lo que otras editoriales no quisieron…Digamos que el grueso de nuestro catálogo queremos que esté dedicado a aquello que en otras editoriales está más al margen. No se trata de que todo tenga que ser marginal ni que otras editoras gallegas no arriesguen en absoluto. En cuanto a la respuesta todavía no la tenemos…Los libros acaban de salir a la calle y habrá que esperar la acogida.
¿De qué trata el libro de poemas angoleños que vais a sacar, Poemas de África lonxe? ¿Cómo llegasteis a él?
El libro que manejamos es una preciosa edición limitada editada en los años 90 en las Azores, lugar de refugio de algunos exiliados angoleños. Se trata de una reedición de poemas anteriores, que sus autores Eduardo Bettencourt Pinto y Jorge Arrimar sacaron a la luz por primera vez en 1979. Hablan del desarraigo, del éxodo y de la añoranza de su tierra; también de su belleza, de la esperanza de paz y de las contradicciones que sufren algunos africanos blancos en una realidad tan compleja como la africana…Dimos con él hace más de dos años en el encuentro de editores de Canarias.
¿Crees que la mujer tiene más dificultades a la hora de editar? ¿Qué es para ti la literatura de mujer?
Lo que es cierto y comprobable echándole un vistazo a los catálogos de las editoriales, es que las voces de las autoras se oyen menos: ¿Escriben menos? ¿divulgan menos lo que escriben? ¿se leen menos? ¿se venden peor? Barbantesa tiene el propósito de poner su granito de arena para corregir esa evidente desigualdad. En la editora, cuando hablamos de literatura de mujer, nos estamos refiriendo a la literatura escrita por mujeres.
En vuestra página web existe la posibilidad de hacerse “socio “ y comprar todo con un 15% de descuento. Yo también he pensado que el lector podría llegar a confiar en un editor y comprar ciegamente sus elecciones. ¿Crees que puede funcionar, el hacerse “socio” de una editorial?
Yo creo que sí; si a la persona le gusta la línea editorial, ¿por qué no hacerse suscriptor? Sobre todo porque no se trata de una unión indisoluble con juramento de fidelidad: si, por la razón que sea, alguien no quiere alguna obra, no tiene más que comunicárnoslo y no se la enviamos y también puede darse de baja cuando quiera. Hay que explorar nuevas vías porque el sistema tradicional de distribución desfavorece a las pequeñas editoras.
¿Qué opinas de las subvenciones? ¿Cómo podrían mejorar?
Lo idóneo sería que no fuesen necesarias subvenciones y que el mercado estimulase la oferta. Sin embargo, non podemos cerrar los ojos al bajo índice de lectura de nuestro país y al hecho de que las lenguas minorizadas se encuentran en una situación desfavorable si no reciben un apoyo de las instituciones. Mi esperanza es que el apoyo de las subvenciones nos permita un día no muy lejano tomar suficiente impulso para poder continuar ya solos. De momento, el proceso burocrático de las ayudas es lentísimo y requiere bastante dedicación y largas esperas. Sería magnífico encontrar alguna forma de agilizar el proceso.
Por último, creo que todo esto que estamos hablando se puede resumir en un tema de intenciones, que ni el editor, ni el autor tengan como prioridad hacerse ricos. Es más, creo que ese cambio de perspectiva, cambiaría por completo la cultura actual, que se había convertido en un producto más de la sociedad de consumo. ¿Tienes esperanzas en que ese cambio llegue a ocurrir?
Lo importante no es necesariamente la cuestión económica. Estoy de acuerdo contigo en que el libro se ha convertido en un producto de mercado pero hay que hacer distinciones. Considero que una editorial independiente (con renuncia a objetivos como el que mencionas) no necesariamente edita buena literatura, del mismo modo que una editora que pertenece a un gran grupo editorial no necesariamente publica solamente best-sellers. En ocasiones, las grandes editoriales pueden permitirse sacar obras menos comerciales gracias a los ingresos que algún best-seller les ha generado. Aún así, es cierto que el no tener como objetivo de empresa una cifra predeterminada de ganancias hace más libre la búsqueda y más asumible el riesgo a la hora de elegir títulos.
Enhorabuena Silvia!!
Acabo de ver tu novela y tiene una pinta increible!!!
Ayer había un artículo muy interesante sobre el mundo editorial escrito por Vicente Verdú para El País. Va en esa línea. Enhorabuena por la entrevista, gracias a la entrevistada y muy enhorabuena, Silvia, por tu libro que es un regalo. Por cierto ¿se plantea la editorial traducir algunas de sus publicaciones al castellano? sería muy deseable y tal vez no demasiado costoso. No sé mucho de números.