ESCRITOS DE UN SONÁMBULO. Antón Patiño
ESCRITOS DE UN SONÁMBULO. Antón Patiño. Caballo de Troya
Termina el libro diciendo: Estamos hechos de filamentos neuronales. Bombillas con x horas de vida. Que en un momento determinado hacen «Plufff…» y chisporrotean en el vacío Y comienza diciendo: PALABRAS LÍQUIDAS. Construir un libro-juego. Un mapa abierto, un collage de conceptos e intuiciones. Un agregado de ideas que se desplazan de forma fluída, sin ataduras.
La voz del que escribe es una voz real, de alguien que no tiene problema en mostrar su pensamiento como lo podríamos mostrar todos y así a lo mejor, llegar a saber algo. No valora, simplemente cuenta lo que ve, lo que lee y lo que siente piensa al respecto. Ni llega a ninguna conclusión y ni pone barreras a sus temas, como fluye, fluye hasta el final, hasta llegar a los conceptos indefinibles, al instante, a la pregunta metafísica. Como todo tiene un punto de vista, la voz es una voz de artista y lo que desde luego consigue es mostrar cómo se enfrenta el artista al mundo, qué ve, qué siente, qué necesita, qué busca que le obliga a crear algo que no está, por qué no se puede conformar con mirar, oír o pensar. (Diferencia con el metafísico o el místico, que no quieren añadir nada al mundo).
La voz de artista asombrado ha leído todo lo escrito sobre estética y lo ha registrado en su cabeza como una herramienta para buscar. Todo le sirve, reflexiones de un pintor, teorías de un filósofo, intuiciones de un escritor, conceptos, ideas, sueños, atardeceres. De manera que abre esa búsqueda personal al nosotros, a todos los hombres de diferentes culturas que también buscan. Y al final, cuando llega a la última pregunta, la de la muerte no propia, sino del amigo, toda esa fluidez la mete en una bombilla que en un momento dado chisporroteará en el aire. (La no explicación, la no solución).
Sin embargo, la voz no transmite materialidad ni temporalidad, la lectura se hace visualizando un universo infinito y sin fronteras donde se van creando sensaciones que son susceptibles a su vez de crear otras nuevas. Es una lectura expansiva que obliga a una adaptación. No es una lectura lineal, ni fragmentada, diría yo, es un texto en búsqueda, así que la lectura también es en búsqueda, sin casa, como obliga todo juego. No hay reglas del juego, es obligado dejarse llevar y quedarse con lo que cada uno es capaz de reconocer, la voz es capaz de crear sensaciones potentes. A mí me interesan los libros que me obligan a adaptarme, que me cambian de sitio aunque sea mínimamente.
Ola Silvia, por se che interesa: poesía galega en Madrid este sábado, un saúdo!!! Ana
(non teño o teu mail!)
http://anacibeira.blogspot.com/2011/04/dourada-resistencia-en-madrid.html
Recién leído, hacía tiempo que no me topaba con una prosa más ineficaz y un discurso más pretencioso y vacío. Lo siento.