La confesión de Lúcio. Mário de Sá- Carneiro
La confesión de Lúcio
Mario de Sá-Carneiro
Traductor: Ángel Campos Pámpano
Editorial Calambur
Mário de Sá- Carneiro está encasillado en la corriente literaria que se llama Modernismo. Es curioso pensar en alguien que se pone a escribir según la corriente del momento pasado el tiempo, aunque en el presente se vean las tendencias con tanta claridad. El hecho es que este autor, con una afectividad sin desarrollar, era huérfano, con mucha sensibilidad, con dinero y poco agraciado físicamente, huye de una realidad que nunca ha tocado para meterse en una ficción artística de la que ya no puede salir.
De manera que esta confesión, es la confesión de un escritor portugués que va a París como todos los ricos artistas portugueses y que se mueve en el círculo de ricos escritores portugueses y que esa irrealidad acaba tomando hasta cuerpo convirtiéndose en lo más real.
La sensualidad está tratada de manera magistral por dos razones. Una, porque imagina escenarios verdaderamente sensuales, y dos, porque la trabaja como una sensación que se busca de forma enfermiza para llenar el vacío y que lo que hace es intensificarlo. De manera que es el propio vacío el que actúa como un elemento que moviliza hasta la muerte, sea asesinato o suicidio.
La sensualidad está tratada con la mujer como centro. Ella es la generadora de esta sensación y la que tiene capacidad de fagotizar de alguna manera al hombre. sin embargo, de lo que habla es de la homosexualidad y de una manera muy abierta para su época. Está hablando de un momento en el que la homosexualidad vivía en lo oculto. Y en el libro, no se trata como una tendencia sexual innata sino como el desarrollo lógico de una amistad intelectual. Son hombres que no pueden tener relaciones amorosas con mujeres porque no pueden ir más allá de la «ternura», y de esa imposibilidad surge una saudade continua que se atenúa con la omnipresencia del amigo intelectual.
La riqueza también es un elemento omnipresente en fiestas, casas, vestidos y viajes. Y de la vivencia de todos esos objetos materiales, los personajes saltan a la abstracción estética más absoluta, de manera que el conjunto de hombres y mujeres que conforman la «humanidad» desaparece, no tiene existencia. La torre de marfil es un espacio asfixiante y vacío que sólo puede llevar al suicidio.
Cualquier intelectual puede perder la referencia con la humanidad, o con el mundo real porque los conceptos puede estar por delante de la experiencia. Y cualquier rico puede perderla también porque no tiene distancia entre él y los objetos.
Las dos cosas están bien contadas en este libro, donde el protagonista ni siquiera toma principio de realidad en la cárcel, donde se las apañen para que le traten de manera especial, siempre con la estética como guía.
Dejo un poema de Sá- Carneiro donde trata también este tema. Para él la mujer representa la posibilidad de vivir de forma puramente estética y avalada socialmente.
«Eu queria ser mulher pra me poder estender
Ao lado dos meus amigos, nas banquettes dos cafés.
Eu queria ser mulher para poder estender
Pó de arroz pelo meu rosto, diante de todos, nos cafés.
«Eu queria ser mulher pra não ter que pensar na vida
E conhecer muitos velhos a quem pedisse dinheiro –
Eu queria ser mulher para passar o dia inteiro
A falar de modas e a fazer «potins» – muito entretida.
«Eu queria ser mulher para mexer nos meus seios
E aguçá-los ao espelho, antes de me deitar –
Eu queria ser mulher pra que me fossem bem estes enleios,
Que num homem, francamente, não se podem desculpar.
«Eu queria ser mulher para ter muitos amantes
E enganá-los a todos – mesmo ao predilecto –
Como eu gostava de enganar o meu amante loiro, o mais esbelto.
Com um rapaz gordo e feio, de modos extravagantes…
«Eu queria ser mulher para excitar quem me olhasse,
Eu queria ser mulher pra me poder recusar…» (Mário de Sá-Carneiro)
Como no soy humano, no entiendo de corrientes literarias, ni de modernismos. Lo que escribe Sá-Carneiro es catastrofismo destructivo, que termina con su propia vida. Eso tiene que ver con los avatares de su vida, huérfano a muy corta edad, sin desarrollar por tanto su urdimbre afectiva termina siendo un joven suicida.
Me inquieta se anhelo permanente por ser mujer, «Eu queria ser mulher», nos repite una y otra vez, ¿pero para qué? sentarse con los amigos en el café, conocer muchos viejos a los que pedir dinero, tener muchos amantes para engañarlos a todos, o ¡qué cruz! hacer las cosas que en un hombre no se pueden disculpar… desde mi inhumana condición, todo esto me parece un disparate, alejado de la sensibilidad, de la sensualidad y de la sexualidad.
He conocido a muchos hombres que también deseaban ser mujer, yo mismo, de no ser un Trasgo, y me encarnase en humano preferiría hacerlo en un cuerpo femenino, por estos deseos, como aquellos que me contaban los otros hombres y sus confesables ansias, tienen que ver con la maternidad, ese milagro que hace que sean las mujeres las alumbradores de los hombres para siempre.