La emoción del misterio
«La experiencia más hermosa que podemos tener es la del misterio… Aquél a quien esta emoción le es desconocida y que ya no puede hacer un alto para maravillarse y entrar en un rapto de sobrecogimiento, está ya muerto, y sus ojos están oscurecidos. Fue la experiencia de misterio —aunque mezclada con temor— la que engendró la religión. Un conocimiento de la existencia de algo que no podemos penetrar, nuestras percepciones de la razón más profunda y de la belleza más radiante, que sólo son accesibles a nuestras mentes en sus formas más primitivas: es este conocimiento y esta emoción lo que constituyen la verdadera religiosidad. En este sentido y sólo en este sentido soy un hombre profundamente religioso… Estoy satisfecho con el misterio de la vida eterna y con un conocimiento, un sentimiento, de la maravillosa estructura de la existencia —así como del humilde intento de entender incluso una pequeña porción de la Razón que se manifiesta en la naturaleza”.
Albert Einstein, ‘El mundo como yo lo veo».
«The most beautiful experience we can have is the mysterious. It is the fundamental emotion that stands at the cradle of true art and true science. Whoever does not know it and can no longer wonder, no longer marvel, is as good as dead, and his eyes are dimmed. It was the experience of mystery — even if mixed with fear — that engendered religion. A knowledge of the existence of something we cannot penetrate, our perceptions of the profoundest reason and the most radiant beauty, which only in their most primitive forms are accessible to our minds: it is this knowledge and this emotion that constitute true religiosity. In this sense, and only this sense, I am a deeply religious man… I am satisfied with the mystery of life’s eternity and with a knowledge, a sense, of the marvelous structure of existence — as well as the humble attempt to understand even a tiny portion of the Reason that manifests itself in nature.»
Albert Einstein, ‘The World as I See It»
‘The Known Universe’ video:
The Known Universe
El texto que nos propone Jesús Olmo es redondo, porque nace en el misterio, que lleva a la religiosidad más profunda, de la que nace el misterio por la vida eterna.
Nos debemos sentir privilegiados por sentir el misterio, porque de lo contrario -dice el bueno de Albert- estaríamos muertos aunque deambulasemos por las calles, y hay muchos y muchas que nacen y mueren sin haberlo sentido nunca.
Habla también Einstein de la razón, del temor y de la belleza; pues misterio, razón, temor y belleza no sólo conducen a entender, siquiera una parte diminuta de lo que la Naturaleza nos propone, sino que nos lleva directamente al amor.