LOS AÑOS DE APRENDIZAJE DE WILHELM MEISTER. J.W.Goethe

Escribe Wilhelm Meister en la novela: “Si yo hubiera nacido noble, nuestra discusión terminaría aquí mismo, mas como soy burgués, he de elegir un camino y espero que me comprendas…Si para ofrecerlo todo al noble le basta con mostrar su persona, el burgués ni ofrece nada con su personalidad ni debe ofrecerlo. Aquél puede y debe aparentar, éste tiene que ser auténtico y si intenta aparentar resulta vulgar y ridículo. Aquél debe hacer e influir, éste debe trabajar y rendir, debe formarse en una profesión para hacerse necesario y se supone que en su ser no hay armonía ni puede haberla, pues para hacerse útil en una faceta ha de desatender todas las demás.
De estas facetas no son sólo responsables la presunción del noble ni la tolerancia de los burgueses, sino la forma misma de la sociedad. Si alguna vez ésta cambia o deja de hacerlo, me trae sin cuidado. En definitiva, tal y como están las cosas, he de pensar en mí mismo y he de salvarme a mí y conseguir aquello que es para mí una necesidad indispensable.
Tengo una ineludible tendencia a aspirar a esa formación armónica de la naturaleza que me ha negado mi nacimiento.”

Este es el conflicto de la novela. Impresiona asistir al nacimiento de la burguesía, cuando todavía no tenía asentadas sus reglas. El novelista es la conciencia de su época, una especie de corta y pega de las imágenes que muestran el movimiento concreto de ese momento. En este caso, Goethe va siguiendo a través de una enorme red de personajes el final del feudalismo, el comienzo todavía abierto a otra forma de organización social. De alguna manera recuerda a este momento que vivimos, de cambio todavía indefinido.

Wilhem Meister nace burgués con futuro de comerciante pero disposición de artista. Muchas veces aparece este conflicto en la historia de la novela, pero ésta es la primera vez, y se puede sentir en la lectura como conflicto genuino. Lo fantástico de las grandes obras literarias es que descubren mundos todavía latentes, no registrados. La burguesía no es más que un grupo que se ha desmarcado del pueblo y que sabe que nunca llegará a ser noble. Tiene la posibilidad de cultivarse pero la necesidad de mantener su patrimonio para hacerlo. Y lo que ha perdido es la identidad porque no tiene linaje y es consciente de su deber de construirla, una construcción difícil que le revela su condición de ser autónomo, hasta ese momento impensable. Una de las sensaciones que produce la lectura es la nostalgia de ese momento desde nuestra condición de lectores de un tiempo futuro ya conocedores del fracaso de ese cambio.

Porque en ese momento parecía claro que esa identidad no podía ser otra cosa que la de ser humano. El que no puede pertenecer a ningún grupo porque sigue un impulso interno hacia lo armónico, sólo puede aspirar a pertenecer a la Humanidad. Este tema quizás sea el más potente de los temas alemanes, está en las óperas de Mozart o en el himno a la alegría de Beethoven.

Pero esa identidad sólo se puede alcanzar en una vida-viaje. Para llegar a sentir la Humanidad hay que romper las barreras sociales y entrar en relación con cualquiera, noble, pueblo llano, artista o burgués.Y es el amor como fuerza viva y creadora el que da pie a ese viaje formativo. De alguna manera hay una chispa en cada uno que tiene que ser alimentada para que no muera en la experiencia cotidiana.“No hay duda de que el amor, que sabe darle vida a las rosaledas silvestres, a los pequeños bosques de mirtos y a la luz de la luna, puede también darle el aspecto de naturaleza viva a virutas de madera y recortes de papel.”

Cada hombre y mujer tiene el destino en sus manos y tiene que formarse, es decir, descubrir qué alimenta esa chispa y qué la apaga. Los personajes femeninos son fundamentales en la novela, se podría hacer una tesis sobre ellos. Quizás son las más autónomas y de forma natural, las que son capaces de ver esa chispa interna con más facilidad. Puede tomarse como una idealización de Goethe de la mujer, pero en la novela está justificada por el continuo contacto con los afectos y la empatía hacia los otros necesaria en su papel de “cuidadoras”. De alguna manera viven en contacto con el amor, mientras que el hombre tiene que encontrarse con él.

La novela siempre es una investigación sobre la condición humana, Goethe habla de Shakespeare como un genio que se aproxima a los hombres para que puedan conocerse del modo más dulce posible y recurre a Hamlet como tema transversal, un personaje que también tiene el deber de descubrirse. Y en esta novela, esa investigación se centra en la vida de un hombre desde su infancia hasta que consigue la madurez , que es la salida al exterior, conseguir ver lo otro como otro, el comienzo de la vida que sólo se puede dar desde el amor.

Ese amor es una fuerza, una fuerza natural. Para Goethe la naturaleza está por encima de la cultura. La cultura es una construcción cambiante que puede tapar la naturaleza. Esta idea, que aparece de manera constante en la novela, nos hace pensar, a los lectores actuales, en nuestra vida cultural ya alejada completamente de lo genuino. Estos personajes todavía conocen el sentido de sus ritos, y nosotros los reconocemos en nuestra experiencia cotidiana como gestos inconscientes.

Cervantes insistió en el Quijote en la necesidad de la experiencia como forma de conocimiento y de sentido de realidad. Goethe explora en el Wilhelm Meister el camino para alcanzar una vida real, que sólo se consigue desde la experiencia, a través de un proceso de conocimiento de nosotros mismos en nuestra relación con los otros. Ése es el viaje de Wilhelm Meister.

Y éste, el final de la novela, probablemente el único final abiertamente feliz de la historia de la novela:

“_ Ignoro cuál es el valor de un reino_ contestó Wilhelm_, pero sé que he conseguido una dicha que no merezco y que no cambiaría por nada del mundo.”

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5 responses to “LOS AÑOS DE APRENDIZAJE DE WILHELM MEISTER. J.W.Goethe

  1. Sin el Wilhelm Meister -primera novela de aprendizaje de la literatura- no podríamos haber gozado de las Ilusiones perdidas de Balzac, el Rojo y el Negro de Stendhal y la Educación sentimental de Flaubert. Tenemos como una especie de deuda con este libro.

    La parte central de la novela, la relación que entretiene Wilhelm con el el teatro, la pasión por Shakespeare y el logradisimo personaje de Mignon tienen vivacidad y entraña.

    Buena entrada, como siempre.

  2. Gracias, Kim, en realidad, creo que para que un adolescente empiece a entender en qué mundo vive, debería estar familiarizado con las novelas representativas de cada época. Así no sólo sabría, sino que entendería cómo hemos llegado hasta aquí, encajaría la historia, las distintas imágenes del mundo, de qué manera se tuercen las buenas ideas, qué necesita el ser humano, cómo va cambiando la idea de sí mismo, el origen de las guerras… ¡Pero qué fantasma pensará las leyes educativas!

  3. Hola. Muy buen comentario. Justo estoy viendo una película de Win Wenders que se inspira en esta historia. Tengo que leer el libro. Gracias!!!

  4. Excelente entrada. Una ventaja adicional de un libro como este es que representa como pocos una de las grandes virtudes de la literatura: la posibilidad de vivir otras vidas, al introducirnos de manera cercana y profunda en ámbitos muy distintos de nuestra experiencia vital, hechos vivibles por medio de la escritura. “Wilhelm Meister” nos acerca al mundo de las compañías de teatro ambulantes, a la vida cotidiana de pueblos y castillos alemanes, al ocaso del feudalismo, a la mecánica de las logias masónicas implícitas en la conspiración para “educar” a Wilhelm y, efectivamente, al terrible dilema vital de la burguesía que ya no es pueblo y no será nobleza.

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