PAISAJE CREADO

Isla de La Palma. Beatriz Gonzalez GoceEl uso del paisaje en Cumbres Borrascosaspara envolver al lector en una emoción determinada que va a afectar a su lectura de los hechos ha sido fundamental en la Literatura. Es un recurso importantísimo, no es lo mismo tener una historia de amor en el desierto de Arizona que en Montecarlo, parece obvio.

Pues este recurso tan utilizado, es una imitación de la vida real. Basta con observar un poco, para darnos cuenta de que nuestro escenario nos cambia la vida. Echando un vistazo a la Historia, parece que ha había una evolución que iba transformando el paisaje humano, cambios de régimen, pasos de un orden a otro.

En la época actual, donde tenemos claro que no vamos encaminados a ninguna parte, que el progreso no es tan evidente y que todo está atravesado por la desestructuración, deberíamos vivir en un paisaje más variado, en un paisaje nuevo donde todo estuviera por hacer, sobre todo después de la destrucción prácticamente total vivida en el siglo XX.

Sin embargo, ocurre algo extraño, no hay un paisaje virgen, los medios de comunicación en una especie de juego de dominó, se inventan el paisaje por el que todos nos movemos sufriendo esa modificación de nuestras vidas. El paisaje humano ahora es arbitrario, por qué no hablar todo el tiempo del cambio climático, los desastres naturales hasta el punto de ofrecer como absolutamente inusual un pequeño temporal atlántico, o una nevada de enero. De repente, el cambio climático no es algo absolutamente serio a investigar y poner remedio, es un paisaje que ocupa nuestra cabeza convirtiéndonos en planetarios, pertenecemos a un planeta sin saber qué significa ser planetario. Y están otros temas, nacionalismos o globalización, ya no se viaja igual, ni se habla la lengua madre de la misma manera. Cualquier acto queda recogido en una de estas categorías de paisaje dependiendo de la que esté iluminada en ese momento. Haití no existía antes del terremoto y de repente cambia la entrega de los globos de oro de Hollywood, devaluando así la pobreza, por cierto, que nunca aparece como paisaje humano. ¿Cómo serían nuestras vidas si tuviéramos la pobreza como paisaje? No es lo mismo comprar sin más, que salir de Ikea con un sofá nuevo y tener a diez esperando una propina por ayudar a llevarlo al coche. No es lo mismo meditar en casa con olor a incienso que antes de entrar en una iglesia alguien te pida unos vaqueros. La meditación cambia, no es peor ni mejor, pero verdaderamente es diferente. Puestos a elegir paisajes, ya que no hay uno natural y se puede escoger, me encantaría uno con horizonte, no uno abigarrado de cosas superfluas para tapar no se sabe qué. Repito, ya que el paisaje es a la carta, exigiría que lo cambien, nos veo viviendo un mundo tan pequeño y limitado a la vez que ilimitado en la posibilidad del horror, que las vidas que resultan son también pequeñas y limitadas y amedrentadas. Será porque estoy leyendo a los griegos y ese paisaje está afectando a mi mirada, la lectura conforma un paisaje mucho más amplio, tantos conceptos abiertos por los griegos, tanto asombro y entusiasmo en descubrir el mundo. Y alterada la conciencia con esa lectura, encender la televisión y observar el paisaje en el que nos dejan meternos, como si no hubiera otro. Por favor, usen otras fichas, hay mucho en juego, estamos todos alrededor de la mesa a ver en qué valor se para la ruleta.

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6 responses to “PAISAJE CREADO

  1. Es curioso esto del paisaje, por una parte el sol lumínido tras las nubes en el horizonte que nos propones, con el mar de fondo desde la costa rocosa, y por otra el correo que recibo con la crónica de ayer de Jordi Bach, trabajador solidario de Cesal, desde Puerto Príncipe (Haití). Perdonad que la incluya mas abajo, pero es una descripción que me parece necesaria y nos puede arrojar algo de luz.

    Ahora que se van apagando los ecos de las muertes, el hambre, la desolación y el caos; ahora que baja la intensidad de la colaboración solidaria con esta parte del planeta en el que vivimos, y donde aparece aquí si, el paisaje humano de la pobreza.

    Me quedo con dos cosas, por una parte lo que nos cuenta Jordi mas abajo de que «la gente nos llama por nuestro nombre», y por otra la leyenda en creole haitiano con la que despide todas sus crónicas «Kembe Fem» (Mantén el coraje). Los abrigos a los que hace continua referencia, son campamentos improvisados para el refugio.

    LA RECONSTRUCCIÓN COMIENZA EN LAS PERSONAS

    La vida en la ciudad se normaliza en todos los aspectos con gran rapidez, sobre todo en las actividades del comercio informal. Lo peor sigue siendo la situación de las miles de familias en los abrigos y el drama de los heridos en los hospitales de Puerto Príncipe. Nosotros seguimos centrados en los abrigos de la Cité Militare. Además de seguir con algunas distribuciones de productos de primera necesidad, hemos empezado el «ordenamiento» del abrigo. Con la ayuda de 4 ingenieros voluntarios y los miembros de la comunidad, estamos levantando unas estructuras hechas con maderas y cubiertas de lona impermeable, capaces de proteger a las familias del fuerte sol y las lluvias que empezarán en abril-mayo. De la temporada de huracanes que va de junio a octubre nos ocuparemos más adelante. Sonia Molina – otra cooperante española que desde el pasado jueves forma parte de nuestro equipo en Haití – es arquitecta y ha diseñado con Autocad la distribución de los abrigos, creando calles, líneas de tiendas de campaña y espacios de servicios. Avanzamos en la construcción por líneas, rompiendo las precarias casuchas hechas con sábanas, construyendo las estructuras y recolocando las familias. Decenas de personas trabajando en varios equipos a la vez, midiendo distancias, serrando, clavando clavos, haciendo agujeros en el suelo para poner las columnas de madera. Los niños nos observan divertidos, les gusta cómo queda su nueva ciudad. Ahora van a tener un espacio para jugar a fútbol y calles más anchas donde caminar sin tropezar. El trabajo de sensibilización con las familias que han hecho los técnicos locales de CESAL ha sido muy importante. Las familias entienden por qué los movemos, por qué hay que destruir su casita hecha de sábanas que hicieron con tanto esfuerzo. Son mudanzas obligadas para vivir con más dignidad y mejores condiciones. En todo este trabajo surgen miles de problemas y situaciones, que gestionamos en reuniones comunitarias. Buscamos soluciones entre todos y todas. Ya somos conocidos en el abrigo, la gente nos llama por nuestro nombre, los niños se acercan sin miedo, aunque seamos extranjeros. La construcción de relaciones personales y nuestra capacidad de movilización de la gente serán claves para el éxito del abrigo. Tampoco dejamos de lado la situación personal de cada familia, el drama que han sufrido. Nuestros técnicos siguen visitando las familias, presentándose, explicando quiénes somos y lo que estamos haciendo, hablando de su situación, identificando sus necesidades, dando consuelo y apoyo moral, y conociendo el patrimonio que sigue quedando y al cual hay que aferrarse como punto de partida. Sin duda, hay una positividad que está naciendo, unas ganas de salir adelante que crecen día a día. Puerto Príncipe vuelve a estar llena de atascos y embotellamientos. Antes del terremoto maldecía las horas pérdidas en el intento de desplazarme entre tanto caos de vehículos. Pero ahora, me da una enorme alegría. Los tap-tap y turismos privados han vuelto a conquistar las calles: el transporte se ha reactivado. No se me quita de la cabeza la imagen de los primeros días después del temblor, cuando la gente deambulaba por las calles vacías de coches, sorteando los escombros.
    Las cifras de muertos aumentan cada día. El gobierno haitiano ya lleva cuantificadas 200.000 personas, y falta todavía añadir los cadáveres que quedan debajo de los edificios derrumbados, que se me hacen muchos. El temblor ocurrió cerca de las 5 de la tarde, con las escuelas, comercios y centros de trabajo vacíos, y la mayoría de los haitianos en las calles. Me estremezco al pensar las consecuencias de este terremoto a las 10 am, en horario escolar y laboral, con todo el mundo dentro de los edificios que cayeron. Multipliquen por 3 el número de víctimas y heridos. En Haití, a diferencia de Europa, la mayoría de la población está formada por niños y niñas en edad escolar. De haber sido el temblor en horario escolar hubieran desaparecido varias generaciones en un solo día. Los niños que ven sus escuelas destruidas están traumatizados. Me cuenta una Hermana Salesiana, del barrio donde trabaja CESAL, que ni se plantean durante los próximos meses empezar a dar clases bajo un techo, pues los niños y sus papás se negarían a entrar en cualquier edificio. Todas las escuelas de Puerto Príncipe, las que quedan en pie, esperan las orientaciones del Ministro de Educación para empezar sus actividades. Mi amiga Sor Kerline piensa que hay que montar grandes carpas en los patios y canchas de deporte y empezar la escuela lo antes posible. Debido a la falta de espacio y de profesores (muchos han sido víctimas), juntarán varios grados o cursos. Las hermanas buscan apoyo por todas partes, saben que será difícil que el Ministerio tenga la capacidad de poner en marcha todas las escuelas de Puerto Príncipe en este momento. Desde CESAL intentaremos apoyar este tipo de iniciativas. La reconstrucción de Puerto Príncipe no es sólo la de los edificios, es la de las personas. Y los niños serán el futuro de esta reconstrucción durante los próximos 10-15 años, y los protagonistas del nuevo Haití que debe nacer de esta tragedia.

    Kembe Fem («Mantén el coraje»)

  2. El paisaje cuando es escenario se convierte en el «conjunto de circunstancias que rodean a una persona o un suceso.»
    Por lo tanto inciden en él, lo configuran. Narrativamente lo cuenta todo.
    No es lo mismo declarar tu amor en el baño de un bar a las seis de la mañana, que esperar a la salida viendo el amanecer en un parque, sobre todo si te drogas.

  3. Me encanta coincidir contigo en este paisaje de «ellectorperdido», configurarlo. No puedes imaginar la de veces que he pensado en ti, a pesar de nuestras disputas anteriores te echaba de menos, es como si tu visión ácida del mundo fuese necesaria.

    Hoy estoy completamente de acuerdo contigo, no hace falta huir del pasado porque ya nunca nos podrá atrapar, el tiempo sigue fluyendo como el río, nada le detiene; así, es preferible compartir la salida del sol, como si ese paisaje nos enseñase que el nuevo día ya será luminoso para siempre.

  4. Raymond Williams hablaba de «personal formula» referido al contexto. Hablaba de paisaje personal y se quejaba de que fuera hecho demasiado a medida para las narraciones. Parecía vislumbrar en lo que se ha convertido.

  5. Para mí el paisaje es la casa de la sierra, una avería en la caldera de la calefacción y once bajo cero en el exterior. La casa cálida, de pronto se convierte en desangelada, helada, atroz. Se dice por ahí que la salud es un bien transitorio que no presagia nada bueno, lo mismo ocurre con los bienes, también con la felicidad. Esperemos encontrar el camino ascendente de nuevo y que dure…

  6. R. Williams lo que defiende es que no puede existir paisaje si no hay un observador, observador ocioso dice él; de manera que nos dice que el paisaje en la literatura sólo puede ser lo que es, si quien lo contempla lo hace al margen del mundo del trabajo.
    Buena práctica para este tiempo, donde las personas en paro son el colectivo más abundate.

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