EL CORRECTOR. Ricardo Menéndez Salmón

El corrector. Ricardo Menéndez SalmónLas reseñas sobre el El Corrector de Ricardo Menéndez Salmón coinciden en considerarla como la tercera parte de una trilogía sobre el horror, el terror, el mal, la violencia. También su autor dice sobre ella que es una novela que trata de “cómo un suceso fundamental golpea y conmueve a un individuo muy normal que intenta aproximarse a estos sucesos con el corazón en una mano y la inteligencia en la otra.” Sin embargo, lo que se nos cuenta no es la conmoción, ni el acercamiento a los sucesos, eso es anecdótico, y tampoco el personaje es un individuo normal, ¿qué es un individuo normal? Se nos cuenta el mundo de un escritor actual. Y aquí radica lo interesante de la novela. El narrador está escribiendo lo que sucedió el día de los atentados del 11-M. Él estaba en su casa corrigiendo Los Demonios de Dostoyevski, había dejado de ser escritor, por falta de éxito, para convertirse en corrector. Entonces aparece la noticia y según va cambiando el panorama y van mintiendo los políticos, hace reflexiones sobre el mal al hilo de la novela que está corrigiendo y sobre el estado latente de su vida.
Pero no nos aclara qué es el terror, sólo nos dice que es el mal del hombre, lo que está contando en realidad es su falta de vida, su vivencia de la literatura como auténtica realidad, como necesidad. Y entra el tema del amor, al que se agarra como un clavo ardiendo para poder sentir de alguna manera, un amor que vive de puertas adentro creando un mundo pequeño. Fuera, hay un hijo secreto, un mundo desconocido, de alguna manera prohibido, que le ha marcado para siempre, vive con la existencia necesaria de la vida, porque hay un hijo, pero a la vez, con la imposibilidad de vivirla.
No sé si el autor tenía en mente una crítica a lo que algunos llaman metaliteratura, en cualquier caso a una literatura de moda donde el escritor es el narrador, en este caso además, lector y corrector, donde todas las referencias son literarias, donde hay citas de otros libros y donde se considera que fuera de ese mundo no hay vida, o al menos esa vida no es posible para alguien con sensibilidad literaria. A mí me parece que explica muy bien el drama de querer ser escritor sin vivir.
Al final del libro, el narrador reconoce que abrazando a su mujer, ésta podrá sentirse más querida y protegida “que a través de cualquier palabra con la que yo me hubiera atrevido a nombrarla, a expresarla, a intentar apropiarme de ella”. Por eso está escribiendo su tercer libro, para contar ese aprendizaje después de una reflexión sobre su condición de hombre de letras, podríamos decir. Quizás por primera vez ha escrito algo de la vida, aunque sea de su propia vida, y aunque sea porque un editor importante le ha dado la oportunidad de ser publicado por tercera vez. El siguiente paso sería contar el mundo, donde el autor ya es libre y puede ver a los otros, pero eso será difícil, no está de moda.

Me parece a destacar el contenido de los reclamos de la faja publicitaria que envuelve la novela:

“Uno de los autores más sólidos, profundos e interesantes de nuestros días”
“Ha sido condenado a la eternidad del arte”
“Un escritor de raza”
“Acaso el mejor autor de una generación de no lo es”
“Un hombre cargado de cultura y dotado de un estilo propio, expresionista, fuerte”
“Un narrador de solidez poco habitual”

….sin comentarios…¿o no?

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6 responses to “EL CORRECTOR. Ricardo Menéndez Salmón

  1. «La ficción pura como lector y escritor me agota»
    TOMA YA, TOMA YA, PEDAZO DE ……corto. No es consciente ni de lo que significa lo que dice.
    Este chico es un ejemplo perfecto del escritor escribiente narrador de si mismo que no del mundo (por que ni lo ve, ni lo entiende).
    Falto de rigor en el pensamiento, se regodea autocomplaciente en su propia voz. Es acojonante que estos tios tengan hueco.

    Hay una critica estupenda en el blog de José Antonio Montano que le da un buen repaso con muy buen criterio.
    http://joseantoniomontano.blogspot.com/2009/06/correccion-del-corrector.html

  2. Joo, el comentario anterior al afirmar tales lindezas, imagino que no habrá leído nada de Salmón. O si lo ha leído, necesita una relectura más sosegada. «Falta de rigor en el pensamiento». «Autocomplaciente en su propia voz».

    Justamente, constituye todo lo contrario, pero bueno…

    Simplemente, dejar constancia de ello por si alguien no ha leído a este escritor, no se deje llevar, pues, por opiniones simplistas…

    Imagino que, al final de todo esto, las críticas q recibe desde algún que otro bando, tiene que ver con esos polos de si uno es Nocilla, posmoderno o no sé qué más…No entro ni salgo ahí–ni lo deseo, ni lo quiero—pero, lo que sí se puede afirmar, es q RSM es un escritor notable…

    Saludos

  3. Querido Anco Marcio,
    me encanta el tono sosegado de tu comentario y por favor no te ofendas pero tu admirado RSM es muy malo.
    Nada que ver con los bandos, ni con los bocadillos de nocilla, es que no tiene nada que contar…. la verborrea gusta, no pasa nada, pero eso no es literatura.
    Un abrazo
    Pd. La crítica de José Antonio Montano lo explica muy bien… imagino que Borges te parecerá un escritor apasionante….

  4. No es por nada.
    Pero si el sujeto en cuestión se llama Ricardo Menéndez Salmón, ¿no se corresponderá con las siglas RMS y no las que erróneamente indicáis?
    Entre unas cosas y otras, el autor, estará RealMente Satisfecho… de haberse conocido.

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