RE-FLEXIÓN DEL ARTE COMO RE-PRESENTACIÓN AL HILO DE LUCIO MUÑOZ

Todo arte es una re-presentación. Cada artista coge sus materiales y se pone a compartir la realidad del modo en que él la siente con un posible receptor. Si la obra está bien hecha, el receptor logra tener una experiencia de la realidad que nunca habría tenido. El arte consigue romper las barreras del solipsismo, no puedo sentir el dolor de otro, como decía Ortega, pero puedo sentir la realidad como él la siente.

En la Galería Marlborough se inauguró una exposición de Lucio Muñoz con cuadros que guardan relación con un paisaje o con una obra literaria. Lucio Muñoz era un gran lector y se dejaba impresionar por los mundos de Kafka o Bernhardt. Y así entraríamos en una cadena donde Bernhard, capaz de ver una faceta de la realidad de manera individual, impresiona a Lucio Muñoz que pinta un cuadro para comunicar la sensación que ha tenido y alguien va a ver el cuadro y puede tener esa misma sensación.

El artista tiene sensibilidad para conectar con la realidad, sentir un paisaje, escuchar la mañana, reconocer una individualidad en una piel y por supuesto sentir la experiencia de otros artistas y tiene la necesidad de re-crear esa conexión y compartirla. Al final al artista le satisface que alguien le entienda y re-conozca su realidad. La conciencia de que el arte nos conecta a la realidad y no la más extendida de que nos aleja de ella, nos puede llevar a una experiencia estética mucho más intensa.

A mí me gusta mucho Bernhardt, digamos que me impresiona la posibilidad de ver el mundo como él lo ve, sin miedo a verlo. A mí los paisajes me llevan a otro sitio que no es yo. A mí Lucio Muñoz me ofrece realidades metafísicas que ha visto en Bernhardt y en los paisajes que de algún modo puedo reconocer.

Cuando titula a un cuadro con el nombre de un personaje de Bernhardt es la imagen de la sensación que le produjo ese personaje. Las sensaciones se vuelven relevantes, unas palabras construyendo un personaje producen una sensación donde re-conocemos la posibilidad de un sentido y esa sensación nos re-mueve. El movimiento de Lucio Muñoz se traduce en re-expresarla con el color, la madera, la cola, cualquier material que ayude a llegar a ella, a atraparla de alguna forma.

La palabra paisaje es de las pocas que entendemos todos. Es un espacio donde se mezclan distintos elementos de la naturaleza creando una sensación determinada, y donde realmente está el paisaje es en el que lo ve. No existe el paisaje sin alguien que lo crea. Todos somos artistas en el momento de ver un paisaje, tenemos que ser capaces de re-conocerlo, es fácil que alguien no tenga sensibilidad para reconocer un paisaje, el artista sería el que tiene una sensibilidad excepcional para re-conocerlo, de alguna manera queda con-movido por él hasta el punto de querer transmitir esa sensación tan significativa. Después tiene que buscar los materiales y la forma de re-crear esa sensación, tiene que lograr que re-presenten esa e-moción.

En estos cuadros concretos de Lucio Muñoz, el agua está presente por encima de cualquier otro elemento de la naturaleza y lo que produce es por ejemplo, una sensación de misterio. Nos pueden explicar qué es el misterio, pero sentirlo es conocerlo vitalmente.

Dejo un texto suyo sobre el paisaje y recomiendo el libro El conejo en la chistera en el que podemos ver esa retro-alimentación de las distintas artes, que de distinto modo buscan lo mismo. Podemos conocer en palabras las impresiones que le llevaron a encontrar un lenguaje pictórico.

El paisaje

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6 responses to “RE-FLEXIÓN DEL ARTE COMO RE-PRESENTACIÓN AL HILO DE LUCIO MUÑOZ

  1. Estupendo post, Silvia.
    Me quedo con esa preciosa e inteligente reflexión sobre el paisaje: «No existe el paisaje sin alguien que lo crea. Todos somos artistas en el momento de ver un paisaje».
    En cuanto a lo de la representación, recreación y demás, hay algo que no me satisface del todo, al menos referido a la obra de Lucio Muñoz. Hay algo en estas palabras como de trasvase de unos soportes o lenguajes a otros, como de traducción. Nadie crea ex nihilo, eso está claro, pero tengo la impresión de que en la obra de Lucio Muñoz hay más una intención de alumbrar nuevas realidades, nuevos paisajes, nuevos mundos, que de transferir unas determinadas experiencias al lenguaje de la pintura. Es un matiz, y estoy seguro de que en el fondo estamos de acuerdo, pero me parece que Lucio Muñoz rehuía volver a presentar en su pintura ningún paisaje concreto ni ninguna sensación producida por una novela. Aunque suene ampuloso prefiero hablar de creación, más que de representación. Todos los paisajes vistos y sentidos en su vida, todas la lecturas y demás, van creando un poso, un caldo de cultivo, que de una manera u otra acaba aflorando en su pintura, en la presentación de nuevas realidades que maman de todo lo vivido, pero que nunca remiten (incluso lo evitan) a realidades o experiencias concretas. Es decir, en todos los cuadros está Bernhard, en todos los cuadros está Almería, en todos está Kafka o Mahler, por mucho que sólo algunos de ellos, en su título, supongan homenajes declarados a esas experiencias.

  2. Estoy totalmente de acuerdo en el matiz. Tal y como lo he expresado puede dar la sensación de que se trata de una especie de inspiración unívoca. Sólo quería plantear la fuerza que tiene el arte para la interconexión, la retroalimentación y siempre para llegar un poco más lejos en cada experiencia. Por supuesto que se trata de crear algo que no había antes, pero pienso que la sensación es un universo que no podemos descifrar y que entonces intentamos captarla creando, o sea la re-creamos.

    Sería interesante darle una vuelta al tema de la creación. Para mí es invención a partir de muchos inputs. De alguna manera, siguiendo una intuición necesaria, reordenar lo que nos ha impresionado.

  3. Honoré Balzac, en la fábula La obra maestra desconocida (1831) sentenció que ¨la misión del arte no es copiar la naturaleza, sino expresarla¨. Expresar la naturaleza a través de la re-presentación de un paisaje sería mimetismo si el pintor no hiciese un ejercicio de selección de elementos a descartar o destacar, quiero decir que la naturaleza está llena de símbolos tan arraigados, tan basados en una comunicación primera o primitiva, familiar, que a fuerza de ser conocidos resultan casi invisibles: las estaciones, la luz de cada hora del día , los elementos horizontales o verticales…pero que pintados en la desnudez franciscana de Friedrich o con el velo temporal de la luz de Monet vuelven a tomar un significado profundo. Gauguin al final de sus días pintaba para salvarse, porque expresar es comprender, quizás crear sea solo el paso necesario para llevar las palabras al lienzo.
    Bea

  4. Lo dice Silvia, y lo repite Rodrigo: «No existe paisaje sin alguien que lo crea. …» Y aquí el «crea» no es de creación, sino de creencia, y ahí me parece alejarme de la afirmación. Antes de ser Trasgo, yo era editor y alguna cosa me tocó hacer sobre el paisaje en la pintura, y bucear, y aprender. Yo creo más bien que el paisaje no existe sin alguien que lo mire… ahí acaba todo. Porque no se trata tanto de trascender, para creer lo que vemos, sino de observarlo con ojos descontaminados.

  5. Claro! que existen los ojos descontaminados: los de las niñas y los de los niños antes de que les engañemos por nuestras prisas, para no llegar a destino alguno; los de aquellas personas, que ya adultas, se han decidido por desaprender y por iniciar una búsqueda (cada uno lo que quiera) porque en la búsqueda, que no en el encuentro, está el camino de la plenitud.

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