«Alfonso, la vida según un limpiabotas». ¿Por qué leer?
Lo que llama la atención en general es que un limpiabotas sea un gran lector de literatura y filosofía, sin embargo a mi, no sólo no me llama la atención, sino que considero un privilegio haberme encontrado con este documental para apoyar mi teoría. Para leer no es necesario estudiar, ni tener una situación económica privilegiada. Para leer se tiene que tener ganas de leer, él mismo habla de su mente cerrada antes de empezar a hacerlo, de la falta de conciencia de la intensidad que debe tener nuestra vida, precisamente por estar limitada en el tiempo.
Según el documental, leer es una consecuencia de ser inteligente, de buscar «novedad» en cada momento, de no conformarse. ¿Hay pocos inteligentes o la lectura llega a pocos inteligentes? Más bien lo segundo. Mientras el entretenimiento llega a muchos, la literatura llega cada vez a menos. Y no es la falta de tiempo, ni el bajo nivel de los nuevos planes de estudio, ni la sobrecarga de imágenes, ni ninguna de las causas que se barajan, es el desconocimiento. Podríamos y deberíamos hacer una campaña no de «promoción de la lectura», sino de «presentación de la literatura». Y no estoy hablando de presentar novelas, sino de ofrecer libros, en otro post, hablaré de mi convencimiento de que el estado no tiene que subvencionar la cultura, tiene que ofrecerla enteramente. Estará bien desbarrar un poco sobre cómo hacer llegar la cultura a todo el mundo.
Por ahora, mi enhorabuena a Carlos Davila por dar a conocer a «un hombre con conciencia» y por supuesto a Alfonso, al que espero conocer un día de estos, por llegar a serlo.
Abajo están los teasers para que podáis visualizarlo.
Documental:Un día en la vida de Alfonso, el limpiabotas del aeropuerto de Lavacolla, en Santiago de Compostela. Desde que sale de casa, cruzando Santiago hasta llegar al autobús que le deja en la terminal, donde trabaja como limpiabotas; pero además manteniendo charlas llenas de ironía, cine, literatura y filosofía con sus clientes. Luego la vuelta, ya de noche, al humilde hogar que comparte con su familia.
A la vez un viaje por su vida, contada por él, y que empieza con aquel niño travieso que se escondía entre las barcas de pesca del puerto de Vigo hasta el limpiabotas de 75 años y a punto de retirarse, que recorre cansinamente los pasillos en busca de unos zapatos que dejar relucientes.
Un recorrido vital y emocional por su historia de superación.
“Un día pensé: Tengo que tener una opinión, puesto que me la piden. Entonces, empecé a leer.”
Alfonso se levanta cada mañana temprano, camina bajo la noche y el frío atravesando la ciudad de piedra. Ya en el autobús, Alfonso saca un libro y se pone a leer. Hoy es, “La consolación de la filosofía”. Llega al aeropuerto, y con paso cansino entra el la terminal, pero no lleva equipaje, porque hoy no viaja, como no ha viajado durante los últimos 30 años.
Alfonso es el limpiabotas del Aeropuerto de Santiago de Compostela. Quizás el último limpiabotas de Galicia, él no lo sabe. De sus manos manchadas de betún han vivido él, su mujer y sus siete hijos. Alfonso ya es mayor, y cada vez tiene menos trabajo, pero se lo toma con filosofía, como ha hecho toda su vida, porque Alfonso, ha pasado por muchas malas. Una infancia pobre, de reformatorio y de posguerra, durmiendo en los soportales del Berbés (el puerto de Vigo). Una juventud quemada en la legión. Una vuelta dura. Una hija deficiente mental profunda, dos hijos enganchados a la heroína, y el cáncer, que se llevó a uno de los pequeños. Alfonso se lo toma con filosofía, o mas bien se agarra a ella como un clavo ardiendo. Alfonso Ha sabido conservar la cordura, ha sabido superarlo todo y sacar adelante a una familia.
Alfonso lleva algo en su interior. Una inquietud que le hace leer todos los libros que caen en sus manos, y ver todas las películas que puede. Tiene una memoria prodigiosa, gracias a la cual, es capaz de reproducir grandes fragmentos de aquello de lo visto y leído con lo que más ha disfrutado. Se sabe el discurso de Marco Antonio, en la película “Julio César” interpretada por Marlon Brando; muchos de los diálogos de James Cagney;, o prácticamente todos los de “la colmena”. Así impresionó al Novel Camilo José Cela, que terminó fraguando con Alfonso una gran amistad, e incluso lo incluyó como personaje en una de sus novelas. Pero Alfonso, no sólo los suelta de corrido. Los interpreta, y puede hacerlo porque los entiende. Porque Alfonso, con los años, las lecturas, y las cosas de la vida, ya comprende.
Mientras vuelve a casa, con el magro sueldo que deja el cepillo, lleva la mirada honda del que ha buscado y ha encontrado. Del que a pesar de las cicatrices del tiempo, ha sabido hallar el lugar donde se encuentra la paz. Al final del día, después de haber jugado con las nietas, y reído y llorado con su hija, ya a solas, vuelve a ponerse “la colmena” para darse el gusto de reírse, antes de que se produzcan, los afilados diálogos. Y es que Alfonso, ya se los sabe.
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“One day I thought: “I must have an opinion, because I’m expected to have one. So I started to read.” Alfonso wakes up early every morning, and walks in the cold night , across the stone city. When he gets on the bus, he takes out his book and starts reading . Today`s book is “Philosophy consolation” (Boecio). He arrives at the airport, and with a slow walk comes into the terminal, but with no baggage, because he ́s not travelling today, nor has he travelled for the last 30 years.
Alfonso is the shoeshiner at Santiago de Compostela Airport. He may be the last shoeshiner in Galicia, but he really doesn ́t know. His dirty hands stained with polish have supported him, his wife, and their seven children . Alfonso is getting older and he has less and less work. But he takes it calmly, as he has always done, during his whole life, because Alfonso has been through too many bad times. A Childhood of poverty , in a reformatory during the post-war. Then sleeping in the streets in Vigo ́s harbour. A youth spent in the army. A hard came back. One mentally handicapped daughter, two sons addicted to heroin , and one young son who died of cancer. Alfonso takes it all calmly, philosophically, or rather, he clutches on to philosophy like a lifesaver.. Alfonso learnt how to keep alive, how to bear suffering , how to overcome it , and move on with his family.
Alfonso has something inside. A restless interest which moves him to read all the books that fall into his hands and to watch all the films he can. He has an amazing memory, which allows him to recite long fragments of the books he has read or films he has seen and enjoyed. He knows all of Marco Antonio ́s script in “Julio Cesar” (casting Marlon Brandon), most of James Cagney ́s dialogues, and almost all the dialogues in “La Colmena” (written by Camilo José Cela). That ́s how he impressed the Nobel award winning writer, Camilo José Cela, with whom he had a close friendship (Cela even included him as a character in one of his novels). But Alfonso doesn ́t just recite those fragments… he performs them, this is possible because he really understand them. After all the years , all the books he has read , all his life experiences, now he really understands.
As he comes home, carrying the meagre salary earned with his shoebrush, he has that deep look in his eyes, like he has finally found what he was looking for. The look of a man who, in spite of all the scars carved by life , has finally managed to find the place where peace is. At the end of the day, after playing with his granddaughters, and laughing and crying with his daughter, when he ́s finally alone, he watches “La Colmena” again and he laughs even before the sharp , harsh words are spoken because he knows the complete dialogue.
Teaser 1 «Alfonso, la vida según un limpiabotas» / «Alfonso, life according to a bootblack» from contralaPared on Vimeo.
Como Cela conoció a Alfonso/How Cela (Nobel prize) met Alfonso from contralaPared on Vimeo.
El talento siempre termina aflorando, tarde o temprano. La Xunta
de Galicia le ha encargado el pregón de las fiestas de Santiago de este año 2011. Escuchar a Alfonso te hace pensar en que quieres hacer realmente en esta vida, casi nada !
Bea