EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO. J.D. Salinger

imagen-4741255-1Holden Caufield cuenta lo que le pasó durante unos días antes de navidad.

Se dirige al lector como al mundo que le va a escuchar, por fin alguien le va a escuchar.Y esa es la clave del libro.

Ayer nos reuníamos en el club de lectura No sin mi libro y hablábamos del tono de las novelas. Cada narrador habla desde un sitio diferente, ese lugar se descubre en la lectura. ¿Qué quiere contando esto?, ¿Qué le pasa cuando lo escribe? ¿Por qué elige unas escenas y no otras? Esa es la pregunta que nos podemos hacer ante alguien que se sienta y escribe un libro entero sobre unos días en los que vagabundeó por la ciudad y quedó con personajes que sabe de antemano que no le van a ayudar.

El libro se convierte en el proceso de crecimiento-estamos ante una novela de formación-de un chico que tiene que superar un dolor enorme, y además en una fina crítica a todos los sectores de la sociedad americana de la época.

Ayer estábamos de acuerdo en que la crítica era válida hoy en día, porque sigue siendo difícil poder desarrollarse creativamente en medio de una sociedad que funciona con valores que dividen el mundo entre winners y loosers, donde prima el yo sobre cualquier otra cosa.

El protagonista, que tiene una actitud destructiva, o desde luego, no encuentra un espacio para ser él mismo, que está obsesionado con lo auténtico y no puede admitir nada falso, que verdaderamente se encuentra mal, al final encuentra un modo de entrar en el mundo, de vincularse a él, que es compartir su experiencia al contarla.

De esta forma, revive el pasado, lo trae al presente y le da una segunda oportunidad, los personajes dejan de ser odiosos desde esa nueva mirada, no pegada a la experiencia, sino distanciada, buscando un sentido.

Es un libro lleno de matices y lecturas, que ayuda mucho a descifrar el comportamiento de la gente, a saber ante quién estamos observando cómo habla, cómo se mueve, cómo calla.

Recomiendo hacer un ejercicio: fijarse en el comportamiento de alguien, cualquiera. Intentar descifrar quién es, qué le pasa, atendiendo no tanto a lo que cuenta como a la forma de contarlo.

Biografía de Salinger. Citas y frases

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8 responses to “EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO. J.D. Salinger

  1. Es una novela descomunal, porque se pega al sentido de la vida de un adolescente (que todos llevamos dentro) que con su mirada nos muestra de manera clarividente la imposibilidad de encontrarlo.
    Solo hay una salida, construirlo.
    Solo contarlo nos salva.

  2. La imagen del guardian escondido entre el centeno, vigilando para que los niños no se caigan por el precipicio es perfecta para transmitir la necesidad de tener un protector, o de serlo. Una salida para el que no se quiere hacer mayor.
    Una cosa que no pasa cuando te haces adulto y te das cuenta que estás totalmente solo y que nadie te va ha avisar si te caes. Y lo que es peor (o mejor), nadie se va a dar cuenta hasta que estés muerto.
    Ce la vie….. en rosa sangre estrellada.

  3. Alvaro,
    la imagen a la que te refieres creo que es la verdadera clave del libro. Es estar ahí para preservar la inocencia, o lo que es lo mismo, para que ningún niño se caiga por el acantilado. Holden siempre abogará por la autenticidad, el planteamiento del adolescente es romántico y así debe de ser. El mundo de los adultos, bah, un engaño.

  4. Porque ponemos guardianes para que los niños no caigan al acantilado; porque contratamos vigilantes para que no jueguen a la pelota, salvo en los sitios destinados a tal efecto; porque contruímos tablillas en las que se lee “prohibido pisar el cesped”; porque, en fín, caminan bajo la mirada atenta del protector. Así pronto llega la adolescencia, de la que tanto se habla en esta web, unas veces para ensalzarla como si fuese lo mejor, otras para denostarla, con amargos comentarios.
    Estimados Álvaro y María (por orden de aparición), os voy a hacer una confesión: los que tenemos una cierta edad, y una edad cierta, a esa época de la vida siempre la hemos llamado la edad del pavo, que en algunos no se cura ni con los años.
    No se puede hablar mal de los adultos, escribiendo mas arriba que su mundo es un engaño, y que nadie te avisa cuando te vas a caer, porque una cosa es consecuencia de la otra, de lo que hemos construído en nuestra infancia y luego para nuestros infantes, de lo que hemos hecho en nuestra edad del pavo y luego para los que la han heredado, de lo que hacemos, en definitiva, en cada momento de nuestra existencia.
    Echar la culpa de un determinado mundo de los males que nos aquejan es un recurso vano, todo es consecuencia de lo que hacemos las mujeres y los hombres que estamos aquí dentro, y nunca, fijaos bien NUNCA podremos cambiar a aquel sin cambiar a estos. Os contaré una anecdota muy ilustrativa, y de primera mano, ya que me la contó uno de los protagonistas, mi amigo estaba hablando con el padre de un niño en presencia de este, que no paraba de interrumpirles y de llamar su atención, entonces su padre sacó de un armario un juego con un rompecabezas para que estuviese entretenido, era un mapamundi y le costaría mucho completarlo porque su corta edad le impedía saber donde estaban los países. No pasaron cinco minutos cuando el niño exclamó: “Ya está”, y, efectivamente lo había terminado, “¿como lo has hecho con tanta rapidez?, dijo el padre ,a pesar de todo, orgulloso; “pues muy fácil, dijo el niño, por la otra cara del puzzle había un hombre, de manera que he completado el hombre y he arreglado el mundo”. Así es la cosa.

  5. Corrosivo,
    tu nombre lo dice todo…. de ti mismo.
    La edad se mide SÓLO por los años de tu hijos.
    Estoy totalmente de acuerdo con Álvaro, muestra grandes dosis de sabiduría. Sólo se puede hablar al de los aldultos, especialmente si se lo creen. Intuyo por lo que escribes que lo eres… pero no te lo crees.
    Olvídate de tus discursos y sé coherente con lo que sabes, se te nota demasiado sabio para engañarte.

  6. Desde mi punto de vista, completamente subjetivo, creo haber entendido el libro de forma diferente. La edad poco parece importar aquí. A pesar de la adolescencia de Holden éste se muestra indiferente ante la edad física de cualquier persona que conoce durante esos tres días que relata. Todo cambia si se trata de edad mental, la madurez que hoy en día le falta a muchas personas, o he de decir gente…

    No creo que debamos enfocar el libro solamente con el poema que aparece sobre “el guardián entre el centeno”.Trata de mucho más que procurar que “ningún niño se caiga por el acantilado” como dice alguien más arriba.
    En un primer lugar nadie ha analizado el estado mental del joven protagonista, es fácil darse cuenta de que su aparente cordura resulta no ser tan obvia al final del relato. En segundo lugar, su pequeña hermana desborda frescura,transparencia y una sorprendente madurez para su corta edad, un símbolo que para cada uno de ustedes como para cualquier persona debe aportar algo.

    Me ha resultado una historia muy fresca(en el buen sentido de la palabra) con matices irónicos y cómicos, con otros menos festivos, de peso ético y gran sabiduría. Un libro que aconsejo leer a cualquier persona sea cual sea su edad.

    Escrito desde el pensamiento de una adolescente.

  7. Efectivamente el estado mental del narrador es muy importante, de echo esta narrado desde una “casa de descanso”.
    La pregunta es si eso le quita algo de cordura a su relato…. evidentemente no.

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