RETRATO DEL ARTISTA ADOLESCENTE. James Joyce

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JAMES JOYCE
TRADUCCIÓN DE DÁMASO ALONSO
EDICIONES LUMEN

Todos los adolescentes tienen que enfrentarse a descubrir el mundo. Aunque no quieran, una realidad desconocida se precipita sobre ellos. No se elije ser adolescente, parece una tontería, pero es la base de la desazón que muchas veces les invade. Se pasa de la protección a la obligación de aceptar una realidad inimaginada.

Hay muchas novelas para adolescentes pero hay pocas novelas de adolescentes. Tanto Salinger como Joyce dan la misma salida al sufrimiento, los protagonistas se convierten en escritores en un intento desesperado por ordenar lo que se ha convertido en un caos. El narrador de Salinger es directo, cuenta como terapia, simplemente como una forma de expulsar los fantasmas, el narrador de Joyce es un narrador inventado por el escritor en el que se ha convertido el adolescente. Otro tipo de trabajo, el lector asiste a la formación de un escritor, a su manera de salirse del circuito del mundo que le ha sido asignado.

Cuando el adolescente tiene delante el mundo presuntamente tal y como es, o sea, fundamentalmente feo, que no se corresponde con el mundo de las ideas, digamos, ni del arte, ni el ético y menos con el espíritu metafísico ni con la idea de Dios, entonces lo que le queda es sobrevivir, que para unos consiste en aceptar ese mundo y entrar en él asumiendo sus reglas y para otros buscar una salida, algún sitio desde el que poder vivir al margen, por ejemplo, convertirse en escritor.

Así es cómo el escritor se nombra a sí mismo Dédalus, arquitecto o artesano y construye con su recuerdo ese mundo para mostrarlo y despreciarlo.

Esta opción, que toman pocos se llama inventarse la propia vida, dejar la funda protectora. Pero la gran prueba, que cuenta excepcionalmente el libro, es tomar la decisión después de ver las orejas al lobo, la oscuridad que puede tener la vida fuera del grupo obediente a leyes impuestas. Y lo curioso es ver las incogruencias de los adultos que te exigen entrar en la seguridad del mundo tal y como está concebido a la vez que muestran todas sus miserias.

Las palabras finales no son una muestra del despliegue de trabajo con el tiempo, uso del lenguaje como encarnación de una forma de entender el mundo, o construcción de personajes desde la mirada de un niño, pero son fundamentales para mostrar la necesidad vital que Joyce tenía de escribir la novela, condición necesaria para hacer literatura.

Nacionalidad, lengua, religión, Esas son las redes de las que yo he de procurar escaparme. No serviré por más tiempo a aquello en lo que no creo, llámese mi hogar, mi patria o mi religión.

Oh vida, salgo a buscar por millonésima vez la realidad de la experiencia y a forjar en la fragua de mi espíritu la conciencia increada de mi raza

Bibliografía de James Joyce


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3 responses to “RETRATO DEL ARTISTA ADOLESCENTE. James Joyce

  1. Tengo la sensación de que a la literatura le pasa lo mismo que a la música clásica, ha pasado a ser una actividad de minorías. Aunque la gente lea más, lee menos literatura. Nadie comenta el post de un autor que no han leído ni van a leer porque consideran de dificil lectura.
    No queda mucho para pensar que alguien que lee a Joyce es un marciano.

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