ÉVAME. Carlos Oroza

Évame/ Carlos Oroza/ Editorial Elvira

Ayer, en el Círculo de Bellas Artes, le dieron una medalla de oro a Carlos Oroza. Carlos Oroza nació en 1923 y una vida entera de poeta está presente horizontalmente en este libro, Évame, un libro-experiencia:

Necesito algo que no sea humano
Algo verdaderamente inocente e imposible.

Oroza es más una voz que una mirada. Es una voz que pide ayuda para poder quedarse.

Oh Eva
Évame eva
Évame si me transito.

También la voz que confiesa una especie de deseo de abandono

Y corro
Corro
Corro por la playa hacia la casa abandonada

Esa voz reconoce su realidad en la presencia del otro.

Ayer me sentí Lo noté Percibí tus pasos y te vi.
Ser consciente de existir al ver al otro. El amor como única posibilidad de existencia y no llamarlo amor, no hablar de amor.
Cerrarás las puertas a la locura pero entrarás en mí

Sin embargo el poema continúa sin que la vida se convierta en la línea continua deseada.

Acércate Ven
Tenme con tu frente
Busca el rumbo y forma un ave continua
Vuelve la incertidumbre
Una marea blanca
Una tierra más alta
Una frente sin rumbos

Un momento de incertidumbre y de pájaros mojados

Y el mundo de los sueños, la convivencia del caos y el orden, la ausencia de frontera

Son las escenas finales que cubren de blanco las fronteras del mundo
Y unas copas de azul de cristal frío
Sostienen un ojo vendado en el líquido
Y el universo marcha a su muerte térmica
Y el hueso es sangre y corre
En tanto que la música resbala a través de un paladar inmenso y las campanas alcanzan los distintos fenómenos

Para ver el mundo desde la ventana

Me da la risa y te aseguro que parece una broma tanta muerte por las calles abajo
Tanto pensamiento mirando por detrás de los cristales
Tanto amor frunciéndose ácido en las frentes
Tanta escalera inútil a los cuartos profundos y oscuros
Tanto musgo amor frustrado en las puertas
Tanta insolente seriedad gritando en los papeles

Para buscar un territorio limpio

No te muevas
No te muevas entonces a no ser que sea para entrar en ti mismo
Y en el territorio allí no compartido Permanece
Que suban los que sufran la tentación del norte

Y el norte es el mar.

Una red que se extiende como un ojo combado
Y son huellas los vuelos
Los perfiles marinos y las lunas

Una posibilidad con la que me quedo.

Por los siglos de los siglos
Una lengua de iluminados

Un deseo profundo por todo lo que sea posible
Incluída la risa y el amor a la rosa
Salir de la rosa y entrar en el barco
Estar en la nube entre lazos y amar
Amar por un mundo apenas conocido de una mirada bruja de adelaidas

¡Dejad que el trigo crezca en las fronteras!

¡Ay amigo si hoy pudiéramos decirnos las verdades
Si hoy pudiéramos decirnos las verdades y cantar los dos a un mismo tono!

No es más que una pequeña selección de mi lectura de este poema continuo, una vida en poema que se sigue en una lectura horizontal, hay que alabar la maravillosa edición. Creo que es la primera vez que leo poemas que se escriben a lo largo de toda una vida formando parte de un solo texto y es una experiencia magnífica, como si la voz se mantuviera en el tiempo en un ir y venir de posiciones pero idéntica. Unas veces hacia dentro y otras hacia fuera, como los poemas sociales, que llaman especialmente la atención por su potencia narrativa, quizás Prohibido amanecer a no ser que fuera por la espaldasea el que mejor da cuenta de los años oscuros y miserables de este país, aunque también hay otros que miran la sociedad deseando otra forma de estar juntos, poemas más sociales: Hay temor y se prohibe el paso. Hay que dar la bofetada al orden. Me cortaron el sueño.

Yo le llamo libro-experiencia porque la lectura es una inmersión en la pulsión vital de una vida entera a través de una voz poética.