LA PERSONALIDAD RESIDUAL. ¿POR QUÉ LEEMOS NARRACIONES?

insecto lector

La intención de un currículum es mostrar nuestra personalidad consciente: sabemos quiénes somos porque hemos nacido en este lugar con esta cultura, hemos estudiado esta carrera que nos ha configurado de alguna manera, hemos trabajado en estos lugares sobre los que todos tenemos una idea de lo que significan. Hemos hecho muchas cosas, somos activos, hemos hecho pocas cosas, algo ocurre, hemos practicado algún tipo de arte, tenemos sensibilidad, nos gustan los deportes de riesgo, los de equipo, hacemos voluntariado, tenemos conciencia social… Sin embargo, esas facetas de nuestra vida activa no son las que dirigen nuestras decisiones, nuestros movimientos. Podríamos decir que existe una personalidad residual que se va formando con nuestras experiencias vitales. Esa personalidad no la conocemos, no se manifiesta o no es visible. De alguna manera, actuamos a ciegas, siguiendo una especie de voluntad inconsciente que lo tiene muy claro.

Eso es algo parecido a lo que Freud llamó inconsciente, lo que trabajó de manera excepcional Carl Jung, sin poder llegar ninguno a explicar el mecanismo de su funcionamiento. Cuando alguien se acerca a una terapia de psicoanálisis, en realidad lo que quiere es que esa personalidad residual se manifieste, quiere conocer los resortes de un comportamiento que no le va bien y que no entiende, y va ahí, porque quiere hacerlo sin sufrir. Pero, como buen judío, Freud trabaja la interpretación. Queremos llegar a ver esa personalidad residual, ese inconsciente, interpretando lo que soñamos, lo que pensamos o lo que decimos, pero esa interpretación está dirigida por eso que estamos buscando.

Algunos dicen que podemos vernos en lo que hacemos. Somos lo que hacemos. La realidad es que he hecho esto y aquello, que no tiene nada que ver con la idea que tengo de mí mismo. Y otro camino es vernos a través de los otros. Por eso, quizás, nadie está dispuesto a escuchar lo que los demás piensan de él de verdad. La hipocresía, que está perfectamente aceptada socialmente como algo bueno y deseable, viene de guardarnos de ese dolor. No me importa lo que piensen los demás, o me importa demasiado, en cualquier caso, no quiero saberlo. Tampoco es un método muy fiable porque ahí entran la subjetividad y otra vez la interpretación. En realidad, donde sí nos conocemos es en las relaciones con otros. Lo que provocamos y las reacciones que tenemos están contando algo de lo que somos, pero la emoción que producen las relaciones no nos permite vernos. Y ahí es donde la narrativa juega un papel fundamental.

Cuando Gregorio Samsa se despierta una mañana y se descubre a sí mismo como un insecto que no puede moverse, una especie de cucaracha boca arriba, de alguna forma, podemos decir que está viendo su personalidad residual. Esa forma de sentirse es la que está dirigiendo su vida. Su personalidad residual se manifiesta de repente y contundentemente. En todas las novelas ocurre, si se presenta, lo hace sin el permiso del yo consciente y le llaman locura. Lo que más me llamó la atención cuando leí La Metamorfosis por primera vez es que el protagonista no estaba en absoluto asustado, más bien contento, en realidad, satisfecho de ser visto tal y como se siente, liberado con esa manifestación. Es un relato radical, Kafka directamente convierte a Gregorio Samsa en una cucaracha, pero hay otros ejemplos, como don Quijote, en el que Alonso Quijano decide que lo vean tal cual se siente, un caballero sin guerra. Es una locura un caballero sin guerra, pero solo al mostrarse así, tal cual se siente, es capaz de recuperar su cordura, de hacerse cargo de sí mismo, como ocurre al final. Cuando leemos buena narrativa, sentimos un placer infinito en ver la personalidad residual de los personajes, personalidad que ellos no conocen. Nos convertimos en una especie de psicoanalistas porque la narración nos pone todos los elementos ordenados para que podamos reconstruir esa personalidad residual. Lo interesante es que nadie querría ser convertido en personaje para verse. Ese placer lo convertimos en un placer vicario, lo vemos en otros. Leer narrativa consiste en buena parte en el placer de descubrir personalidades residuales.

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25 responses to “LA PERSONALIDAD RESIDUAL. ¿POR QUÉ LEEMOS NARRACIONES?

  1. Luscofusco…el curso parece que puede derivar en una psicoterapia de grupo….
    Empiezo a disfrutar!!
    Vou comezar a traballar

  2. Siempre da miedo conocerse a través de los demás, por eso en ocasiones descubirmos nuestra propia personalidad residual a través de la lectura.

      1. Si lo pensamos bien, en el fondo sabemos todos cual es nuestra personalidad residual. A veces, leyendo un libro nos identificamos con el protagonista y con sus reacciones. ¿puede ser?.

        1. Es muy difícil que veamos nuestra personalidad residual porque nos da un miedo atroz, lo que pasa, que si estas acostumbrado a ver la de personajes muy bien construidos en grandes novelas, puedes ir perdiendo el miedo, lo puedes ver normal, creo. Es un primer paso.

          1. A mí me llama poderosamente la atención el pensar que esa personalidad residual pueda, en un relato, ser reflejada como el poder de la minoría que gobierna inconscientemente a los que se creen tener un conocimiento claro de la historia. Que pasaría si además de reflejarse la personalidad residual del autor, este a su vez buscara reflejar esa misma personalidad residual en sus personajes. Un descubrirse a sí mismo en cada uno y entre todos a través de la historia.

            1. Bueno, en realidad es eso. La novela refleja los puntos ciegos de la sociedad y un personaje solo tiene sentido si el lector puede ver su personalidad residual. Por supuesto, el personaje no la ve. A lo mejor al final, pero la mayor parte de las veces no lo hace. Hay que tener en cuenta que, aunque el personaje sea el protagonista, está al servicio del lector. Él puede sucumbir y no salvarse, pero su experiencia siempre salva al lector. Para que esto ocurra la novela tiene que estar bien escrita, claro.

  3. Me ha parecido muy interesante. Nunca se me había ocurrido identificar la lectura como una especie de auto-análisis sicológico pero es un planteamiento muy bueno y de hecho, cualquier libro bueno que lees, te cambia de alguna manera.

  4. Escribir es esencialmente terapia, no dice García Márquez que el escritor escribe para explicarse lo inexplicable? Lo que se entiende, se encuentra entre las líneas, como cuando lee El lobo estepario de Hesse, y se da cuenta que Harry está hecho de muchas personalidades, al igual que nosotros mismos.

  5. Escrbir es esencialmente terapia, leer, es identificarse a uno mismo en el texto, por eso la lectura nos hace crecer, nos deja vernos tal cual somos.

  6. El texto me ha gustado mucho porque la personalidad residual (concepto nuevo para mí, que asimilo un poco al subconsciente del psicoanálisis), que se va formando con nuestras experiencias vitales, es realmente quien manda. Así lo creo ciertamente, también lo identifico un poco con esa intuición a la que creemos tantas veces y por la que nos dejamos llevar.

  7. También es un concepto nuevo para mí, pero creo que se da la paradoja, si se me permite el juego de palabras, de que la personalidad residual es lo menos residual del ser humano. Si aceptamos residuo como lo no asimilado y por tanto lo que se tira, lo que se rechaza, la personalidad residual no lo es, pues más parece lo contrario, lo que es más fuerte en nosotros, lo que es nuestro ser, absolutamente inasimilable por la sociedad y los convencionalismos.
    Es por tanto nuestra verdadera personalidad, tantas veces ahogada por las conveniencias.
    Quizá la lectura nos ayuda a despertar, a ser nosotros mismos con un libro en las manos, y tanto daría un libro como un cuadro o una representación teatral, o cualquier otra manifestación artística, o por ejemplo la escritura de un diario, tan íntimo, tan secreto. Nada hay tan inquietante como un libro que se sale de la norma, o el libro que nosotros escribimos al abrigo de todas las miradas. Creo que los libros que nos hacen sentir así, son muy pocos, y esos no creo que sean unos superventas.

      1. La relación entre la literatura y el psicoanálisis es cada vez más estrecha. Ya en otro comentario hablamos sobre la necesidad de enfrentar nuestros comportamientos con los de otros y que es ahí, precisamente, donde podemos entendernos. Hablaba de un extrañamiento que se produce en la vida cuando nos topamos con personas a las que no podemos entender, que no toman las decisiones que nosotros tomaríamos. Por eso nos gusta leer, es necesario comprender todas esas personalidades de la vida para poder enfrentarlas en lo real, a veces, la literatura te prepara mejor que la propia vida, la pena es que los errores terminamos cometiéndolos igualmente. Autores como Gustavo Martín Garzo, cuya formación inicial fue la de la psicología, consigue que sus personajes tengan una profundidad magnífica y él mismo ha declarado en alguna ocasión que su práctica terapéutica le ha llevado a comprender mejor al ser humano. Es tan extraño ponerse en manos de un desconocido para que busque tus luces y tus sombras que, a veces, es más fácil refugiarse en la lectura para intentar entendernos.

  8. Para mí, la personalidad residual es un concepto que no había escuchado nunca. Me ha encantado el texto, nuestra personalidad residual no la concomes pero nos marca durante nuestra vida, como nos marca la experiencia o la lectura de buena narrativa.

    1. Bueno, la personalidad residual es un término que me he inventado yo. No pretendo ser psicóloga, lo veo desde el punto de vista de la experiencia estética.

  9. “Leer narrativa consiste en buena parte en el placer de descubrir personalidades residuales”, concluye el artículo. Y esto parece referirse a los personajes de esa narración, pero en realidad también jugamos, o yo al menos lo hago, a descubrir la personalidad residual del autor de esa narración, a descubrir la personalidad residual del lector, que soy yo, y a descubrir, por extensión, la personalidad residual de otras personas que nada tienen que ver con esa narración. La buena literatura nos permite conocer al ser humano y a nosotros mismos como quizás ninguna otra disciplina artística pueda hacerlo.

    1. Buenísimo comentario. Me estoy acordando del libro Mi madre de Richard Ford. El autor hablaba de su relación con la madre con una intención y lo que transmitía era la contraria. Su personalidad residual aparecía convirtiendo el libro en exactamente lo contrario a la intención con el que había sido escrito.
      Ocurre bastantes veces. Desde luego, la autoficción tiene muchísimo peligro. Es una exposición total porque el autor no puede ver lo que ve el lector. Y el lector ve lo que el autor ha escondido en su vida por algo…

  10. Hola: estoy haciendo el curso de Escritura creativa (a estas alturas, lo sé), y hay en su contenido algunos textos como “El autor perdido. ¿Qué se escribe hoy?” que conducen a una página con contraseña, con lo cual no tengo acceso al mismo. ¿Es posible, de alguna manera, leer estos textos? Son varios, y me interesa mucho leerlos, como continuidad fiel al curso. Agradezco de antemano no solo por la respuesta a esta solicitud, sino, sobre todo, por tan excelente y enriquecedor curso. Saludos!

  11. La personalidad residual según la impresión que nos transmite el texto y alguno de los compañeros, es nuestra personalidad en sentido puro, sin dejarnos influir por las impresiones de los otros, algo más puro de nuestra personalidad, entendido como auténtico.

    Todavía no me conozco lo suficiente para saber cómo soy realmente, tengo alguna que otra epifanía, a través de observar a los otros, de leer, una película, pintura, escultura, cualquier obra artística, una conversación.

    Seguiré trabajando en mi auto conocimiento…

    Gracias!!!!!

    1. No. La personalidad residual es de los personajes. Los textos podrían ser anónimos y no pasaría nada. Lo que hay que tener es imaginación para ver cómo piensan o sienten otros.

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