¿Por qué se lee más ensayo que ficción?

Final de la película MelancolíaEstamos asistiendo a un cambio de gustos en la lectura: muchos lectores de ficción han decidido pasar a ser lectores de ensayo. Se puede ver en las ventas. Muchos editores estarían de acuerdo en ver la edición de ficción como extremadamente problemática. Sólo el formato best-seller puede asegurar que una edición sea rentable. La búsqueda de nuevas formas de contar se ha abandonado por falta de público.

El interés por la ciencia, en cualquier ámbito, tiene que ver con una necesidad de verdad. Podríamos hacer un silogismo: como la ficción ha renunciado a buscar la verdad, esa necesidad la colmamos con los descubrimientos científicos. Todos los fenómenos humanos importantes van apareciendo como propiedades emergentes de una nueva forma de estar en el mundo. Cuando aparece la tecnología en un desarrollo trepidante, el consumo de masas, el ocio dirigido por la inmediatez y otros parámetros que podríamos añadir, el resultado es una sensibilidad diferente. Esas propiedades emergentes que surgen sin que nadie las haya programado y sin que nadie las haya intuido de antemano son auténticamente transformadoras. Estamos acostumbrados a controlarlo todo, pero sin quererlo,como una propiedad actual emergente, el control está dirigido a mantenernos en forma, es decir, a controlar nuestra alimentación, los músculos de nuestro cuerpo, a evitar la enfermedad y tener una buena vejez y conseguir un disfrute inmediato. De manera que todo lo que revierta en conocer todo lo que afecta a nuestro nivel físico de existencia y que nos ayude a ese mantenimiento de nuestro cuerpo sano, nos interesa enormemente. Pero a veces, esas propiedades emergentes se vuelven dictatoriales, en el sentido que cierran otros campos de la existencia que resultarían perturbadores. Meternos a pensar en nuestra existencia como algo por hacer, nos podría debilitar físicamente, nos haría perder fuerza en ese objetivo.

Además de las propiedades emergentes también hay otros mecanismos de abrir caminos muy concretos sin tener demasiada conciencia. Por ejemplo, es natural en el arte que se imiten formas que tienen cierto éxito hasta crear un estilo. Hasta ahora los estilos en literatura siempre se habían visto como propios de un momento determinado o de un lugar determinado, pero el estilo post-moderno de narrar se ha erigido en única forma posible de aquí a la eternidad. Rechazan cualquier forma literaria que no describa el mundo fragmentado. La pregunta que hay que formularse es: ¿Necesariamente tiene que ser el mundo fragmentado a partir de ahora o es posible que nos organicemos de otra forma? ¿Si en otras épocas el mundo no estaba fragmentado, por qué ahora tiene que estarlo necesariamente? La literatura, en concreto la novela, siempre había sido la creación de una experiencia de comunidad desde la crítica social. Lo que buscaba era “la verdad”, los errores en nuestra forma de organizarnos y poder reconocer la plenitud humana en la relación. Hasta ahora la literatura se llamaba literatura, nunca ficción, porque tenía que ver con lo real. Pero la literatura ha perdido su independencia y sólo puede escribir aquello que le dejan escribir. Se ha convertido en una mera descripción de ese mundo fragmentado que parece, no fruto de nuestra forma de organizarnos, sino verdadero en el sentido más totalitario. Hasta el punto de creer que hasta ahora todos habían estado equivocados creyendo en la posibilidad de un mundo mejor, más estructurado, cuando el mundo es y será fragmentado. No existe un debate estético abierto y profundo sobre este tema, todo vale, es decir, todo aquello que no pretenda volver al camino de poder estructurar comunitariamente un mínimo nuestra sociedad. La literatura nunca tuvo un objetivo como planteamiento, es abierta y libre, pero cuando buscaba “la verdad”,entendámonos, ciertas lógicas propias de la condición humana, estructuraba, y el lector se acercaba a ella por esa búsqueda, por la experiencia verdaderamente humana de verse inmerso en ella. La búsqueda se ha prohibido por si aparece alguna lógica que termine con la verdad absoluta de la fragmentación, por eso es mejor leer ensayos y pensar en las claves del universo, que esas no las puede decidir arbitrariamente el ser humano. Estoy segura de que si hubiera sitio para una literatura que buscara los mecanismos por los que hemos montado este mundo fragmentado, volverían los lectores, pero estamos en una época de círculo vicioso y no sabemos cómo romperlo, por lo menos, empecemos a hablar del tema.

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2 responses to “¿Por qué se lee más ensayo que ficción?

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